Lucen jóvenes espadas en la Plaza de Toros Alberto Balderas en Ciudad Lerdo

El regiomontano Luis Ángel Garza cortó dos orejas y se proclamó triunfador de una festiva novillada internacional celebrada ayer en la Plaza de Toros Alberto Balderas, de Ciudad Lerdo, donde se registró media entrada en los tendidos y un ambiente cien por ciento taurino en los tendidos.

HOMENAJE A CHABELO

Abrió el festejo "Chabelo", ante sonoros aplausos de los aficionados que recibieron al negro zaino, bizco de cornamenta, herrado con el número 24, de 350 kilos de peso, para el tlaxcalteca Jesús Sosa, vestido de turquesa y oro, que recibió con sendas verónicas para detonar los primeros olés y tras una buena puya, invitó a Juan Palacios para torear al alimón ante el aplauso del tendido.

Con la muleta, previo brindis a los empresarios Jorge Mata y Arturo Gilio, expuso su buen trasteo, llevó al novillo a los medios y disfrutó la faena, se acercó tanto que fue levantado por los aires, sin consecuencias, envolvió al animal con derechazos y sendas manoletinas, pinchó en dos ocasiones y aunque hundió la espada hasta la empuñadura, el puntillero levantó al novillo, que luchó por su vida y forzó al primer aviso y al descabello del novillero, quien recibió discretas palmas.

Siguió en suerte "En Familia", armado con 330 kilos, al fuego con el 908, negro zaino, capacho, para Juan Palacios "El Pantera", de celeste y plata, recibió con vistosas revoleras y se plantó en los medios para dar paso al tercio de banderillas, en el que armó la fiesta al son de La Filomena.

Clavó Panterinas, un vistoso par en el que salta por encima del toro y coloca banderillas cortas, otros dos vistosos pares y tras brindarle al Magistrado Jesús Sotomayor, dio paso a la faena con muleta, más sobria ante un novillo distraído que apenas pasaba por el pitón derecho; el ecuatoriano pinchó en dos ocasiones y finalmente mató con estocada tendida, para recibir palmas.

El tercero en salir de la puerta de toriles fue "Catafixia", de 355 kilos y herrado con el 916, negro, meano, corniapretado, para el regiomontano Luis Garza, vestido de tabaco y oro, ejecutó gaoneras que remató con revolera y emocionó al respetable, dando paso a un acertado tercio de banderillas.

Con muleta, paseó al astado con pases de pecho y enarboló sentidas tandas ante un animal noble que pasó por ambos lados y siempre acudió a la cita; una estocada perfectamente colocada hizo efecto ante el novillo que mereció arrastre lento y el novillero recibió la primera oreja de la tarde, además de otra por petición popular.

Cerroplaza "Qué pasó Cuate", de 380 kilos y al fuego con el 46, negro bragado, enmorrillado, conicorto, para el español Antolín Jiménez, ataviado de esmeralda y oro, ejecutor de bellas verónicas que dejaron el escenario a un buen puyazo, pero unas malas banderillas.

Brindis al matador Arturo Gilio Quintero para luego en los medios, ejecutar faroles de rodillas que prendieron los ánimos y precedieron una faena que fue de menos a más, adornada con tafolleras y finalizada con un pinchazo, seguido de certera estocada en la cruz, de efectos fulminantes y que valió una oreja para el de Úveda, Jaén, premiado por los aficionados con otro apéndice que elegantemente aceptó, pero en un acto de honestidad se negó a pasearlo, lo que desató una oleada de sonoras palmas.