ÁTICO
La educación pública en México es un desastre. Y coloca a nuestros niños detrás de muros cada vez más altos e infranqueables.
Como la mayoría de los niños, mis hijos usaron los Libros de Texto Gratuitos. Cada diciembre me encontraba sus notas bajo el árbol de Navidad pidiendo un regalo, y entre sus súplicas siempre estaba que los sacara del programa de la SEP. Nunca cedí y padecieron esos libros a lo largo de sus años formativos. El contenido y la visión pedagógica que los guiaba me parecían poco útiles para formar una inteligencia crítica, informada y libre. Tanta memorización, tanta ideologización, tanto martilleo de datos inútiles. Pero quería que aprendieran cosas esenciales sobre la historia y la cultura de su país, aunque fuera de forma fallida. He pensado mucho en esos libros a la luz del debate desatado sobre su transformación. Y es inaudito lo que sí logra el lopezobradorismo: la añoranza por lo malo, a sabiendas de que será sustituido por algo peor.
Como la mayoría de los niños, mis hijos usaron los Libros de Texto Gratuitos. Cada diciembre me encontraba sus notas bajo el árbol de Navidad pidiendo un regalo, y entre sus súplicas siempre estaba que los sacara del programa de la SEP. Nunca cedí y padecieron esos libros a lo largo de sus años formativos. El contenido y la visión pedagógica que los guiaba me parecían poco útiles para formar una inteligencia crítica, informada y libre. Tanta memorización, tanta ideologización, tanto martilleo de datos inútiles. Pero quería que aprendieran cosas esenciales sobre la historia y la cultura de su país, aunque fuera de forma fallida. He pensado mucho en esos libros a la luz del debate desatado sobre su transformación. Y es inaudito lo que sí logra el lopezobradorismo: la añoranza por lo malo, a sabiendas de que será sustituido por algo peor.
Aún antes de la "Nueva Escuela Mexicana" había tanto criticable de lo que se enseña y cómo se enseña en el aula pública. Generación tras generación haciendo planas, copiando párrafos, memorizando fechas, acumulando la ignorancia en forma de datos inertes. Jóvenes aprendiendo la fecha de nacimiento de "los héroes que nos dieron Patria", pero no preparados para ser ciudadanos conscientes y activos en ella o en el mundo. México ha sido un país donde en la escuela pública se aprende poco de ciencia, pero se aprende mucho de victimización; se aprende poco de tecnología, pero se aprende mucho de cumplimientos mediocres. Con pocas excepciones, la educación pública no desata el sentido crítico o la autonomía ética o el énfasis en la excelencia o la curiosidad por innovar, sino una extendida propensión a la conformidad.
Los libros anteriores ya nos habían empujado a la mediocridad aceptada, a las cifras de deserción y rezago y falta de habilidades básicas que deberían darnos vergüenza. Los libros anteriores forman parte de un modelo que crea desigualdades, que expande brechas de estratos educativos, que divide a México dentro de sí y con el mundo. Un modelo maltrecho que funciona como espejo de las divisiones sociales pero no como propulsor para trascenderlas. La educación pública en México es un desastre. Y coloca a nuestros niños detrás de muros cada vez más altos e infranqueables, porque no está pensado para garantizar el ascenso social. Es ahí donde debería estar centrado el debate sobre los nuevos Libros de Texto. Cómo y por qué refuerzan los viejos vicios. Cómo y por qué empeorarán la educación pública y las brechas pre-existentes. Bien lo describe Irma Villalpando, profesora en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en la revista ++Nexos++: los nuevos libros son "un enorme retroceso".
No por las razones que esgrime la oposición conservadora, no por los errores factuales y ortográficos, no por la tarea de hacer una maqueta de los órganos sexuales, no por el lenguaje incluyente. El problema central de los nuevos libros no es su ideología; es su ignorancia. No es su exaltación de la "4T"; es su desdén por lo que importa enseñar. Quizás los niños aprenderán saberes comunitarios y tradiciones ancestrales. Quizás aprenderán hábitos aplaudibles como ser menos racistas y clasistas. Quizás sepan quién es el "opresor" y quién es el "oprimido" y qué es "el capitalismo cognitivo". Pero no tendrán los cimientos básicos en lectura y matemáticas. No sabrán leer, escribir, hacer una suma y calcular un porcentaje.
Hay algo mucho más preocupante y dañino que la amenaza "comunista" denunciada por los peones de Salinas Pliego en TV Azteca. La amenaza real es seguir siendo un país con una subclase permanente de pobres, un país rezagado, un país dolorosamente desigual. Lleno de jóvenes fuera de la escuela, sin facultades críticas para obtener un empleo, sin capacidad de innovar o resolver problemas o interactuar con la tecnología o construir trampolines de movilidad social. Porque el estado de la educación en un país predice cómo será en treinta años. Y los nuevos Libros de Texto Gratuitos condenarán a México a seguir menospreciando la formación de su gente, de su capital humano.
Con millones de niños en aulas maltrechas, con profesores sometidos otra vez al SNTE, memorizando los logros de la 4T como alguna vez celebraron al PRI. Atrapados otra vez en escuelas de pobres para pobres, amplificadoras de brechas, formadoras de personas maleducadas para quedarse donde están, en el trapiche.