(CORTESÍA)
Su primera novela fue un proyecto que le costó desarrollar durante seis años de su vida. A través de 248 páginas, el mexicano Héctor Celis presenta Mar es la Tierra (Alfaguara, 2023) como un texto coral, como “una ópera de lo inhumano de lo humano”.
“Fui trabajando sección por sección y lo último que fui construyendo fue el universo ficcional, que de alguna manera fue lo que dio pie a que decidiera que esto fuese una novela”.
Celis, quien es maestro por la Universidad de Nueva York donde actualmente imparte clases, une las secciones de su historia gracias a una marea negra que va consumiéndolo todo. La marea se encuentra llena de contaminantes, pero a vez supone una especie de personaje, de ente vivo.
En un entorno apocalíptico, el autor propone la carne humana y animal como moneda de cambio, así como las minas de agua. La violencia también asoma, pero desde una perspectiva propia. Más que brindar respuestas, Celis busca plantear preguntas.
“Pienso que la novela busca cuestionar una noción del ser humano. Y esta noción es la del ser humano como hombre moderno. Es decir, esta idea que nosotros hemos heredado del ser humano desde la modernidad y que prima en el occidente global. Esto es que el hombre, en resumidas cuentas, se pone al centro de la Tierra y decide qué vive, qué muere, está al centro de la historia, con la idea de progreso, de desarrollo”.
Celis coloca una pregunta en cada una de las secciones, desde distintos ángulos y a través del lenguaje, sobre esta noción de lo humano.
“Esta novela no pretende dar respuestas de nada. En sí, no creo en las respuestas definitivas, pero pienso que el arte, la literatura, una de sus funciones es hacer preguntas y, por lo menos, intento lanzar preguntas desde ángulos que no han sido tan explorados en la literatura, por lo menos mexicana”.
Si bien la violencia ha sido explorado desde distintos ángulos. Por lo que el autor plasma un tipo de violencia humana y su relación con las catástrofes ecológicas, pues considera que no se trata de violencias que corren en paralelo, sino que se cruzan entre sí, íntimamente ligadas con origen en la misma perspectiva de la realidad y es estructural.
“Las catástrofes que están ocurriendo y ocurren desde hace tiempo, están ligadas con la violencia humana”.
Sobre la violencia del cuerpo, Celis muestra una posición donde esta es consecuencia de un universo ficcional, donde ocurren otras cuestiones además de ella.
“Por ejemplo, la carne humana es la metaforización de una moneda de cambio, de una sociedad de hiperconsumo”.
En esta obra, la violencia es variación del presente y de procesos históricos, por lo tanto, no es gratuita. Héctor Celis no estetiza la violencia. Su intención es lanzar un gesto a nivel sociopolítico. Cabe mencionar que la marea negra llega a todos los espacios, excepto a uno denominado Las Nubes, donde habitan personas con privilegios.
“Lanzo la posibilidad de establecer alianzas con lo animal y con lo vegetal, y cambiar la idea de que no sólo el ser humano tiene un ser, sino que también lo puede llegar a tener la selva, la marea misma, los animales. Es decir, que la idea del ser, que la idea de la conciencia no es exclusiva del humano”.
El universo que Héctor Celis muestra en Mar es la Tierra no está clausurado y lo considera todavía parte de su imaginación; algo de él se ha trasladado a la nueva novela que se encuentra escribiendo.
