(FOTOS: CORTESÍA)
Muchos piensan que la albañilería es exclusiva para hombres porque son una gran mayoría de ellos los que se ven trabajando de sol a sombra todos los días, pero la lagunera Marisol Castro Saucedo de 20 años de edad, es un ejemplo de que también las mujeres se pueden dedicar a esto.
A raíz de que su madre enfermó de COVID-19, decidió darle prioridad a su familia y desde hace algunos años labora en la obra junto a su padre, Enrique Castro Andrade, que tiene 52 años.
En conversación para El Siglo de Torreón, Marisol nos contó cómo ha sido su proceso en la obra.
“Mi papá es albañil, desde hace unos años me he dedicado a ayudarle. Al principio solo le ayudaba en vacaciones porque yo estudiaba, a veces llegaba de la escuela y me iba a ayudar por las tardes”.
La joven lagunera originaria del ejido Monte Alegre del municipio de Matamoros, Coahuila, motivada por el amor a su familia y al ver que su mamá, Marcela Saucedo Adame, no podía continuar trabajando debido al contagio que afectó su salud, decidió dejar la universidad para dedicarse de lleno al trabajo y apoyar con los gastos de la casa.
“Y no intenté regresar porque sabía que iba a ser un gasto muy fuerte y no contaba con ese dinero. Apliqué en la universidad de la UAdeC para la carrera de ingeniería civil, pero no alcancé a entrar, no completé con la puntuación. Me inscribí en una segunda vuelta para Administración de Empresas en la Facultad de Contaduría y Administración.
Como los exámenes son en línea, yo no contaba con internet de mi casa, y el examen lo apliqué con datos del teléfono, pero se me acabaron y no alcancé a terminar la prueba para ingeniería civil”.
Al preguntarle sobre las dificultades a las que se enfrenta trabajando como albañil, Marisol aclara que “no es el cargar las cosas lo más complicado como muchos piensan”
“Lo más difícil es trabajar en el Sol. Es muy difícil aguantar el calor y tener que andar cubriendo porque luego te quema muy feo. Mucha gente piensa que lo difícil es cargar el bote lleno de concreto, pero este trabajo tiene sus mañas y una aprende como cargar el bote para no lastimarse, dónde debe aplicar la fuerza al momento de cargarlos. En estos tiempos de calor en Torreón, imagínate, con el Sol a todo lo que da con 30 grados, para mí es lo más difícil ”.
Además de Marisol, su familia está conformada también por sus tres hermanos, siendo el mayor y el menor de ellos quienes también trabajan junto a su padre en la obra, mientras su hermana tiene su propio trabajo.
Antes de las ocho de la mañana, Marisol, su padre, sus dos hermanos, un tío y un primo, se preparan para cumplir con el compromiso laboral que tienen de lunes a sábado en Zaragoza Sur, y su hora de salida depende de no retrasarse, por lo que en algunas ocasiones para no dejar pendientes, su regreso a casa es hasta las ocho de la noche.
“Los domingos solo asistimos mi papá y yo a trabajos que tiene pendientes, vamos un rato, medio día a cualquier pendiente”, relata.

Reconociendo a sus amistades más cercanas, Marisol Castro asegura que siempre la hacen sentir muy especial porque ellos valoran su trabajo y esfuerzo.
“Me hacen comentarios como que están orgullosos de mí y que es un trabajo que no cualquiera puede hacer”.
También reconoció el trabajo en equipo que su mamá hace desde casa.
“Todos los días sin falta se levanta muy temprano a prepararnos el almuerzo y la comida”.
Por último, Marisol Castro Saucedo dirigió un mensaje para todos aquellos que no creen capaces a las mujeres de trabajar como albañil.
“La verdad somos muchas mujeres las que trabajamos día con día para poder salir adelante con la familia en mi caso ayudando a mis papás y tratando de salir adelante con mis estudios y así como yo hay muchas mujeres más que se dedican a trabajar en este oficio tan bonito como es la albañilería, me siento orgullosa de todas las mujeres que salen adelante para poder llevar un pedazo de pan a su mesa que Dios las bendiga a todas y todos”.