El padre Soárez suele conversar con el Señor.
Todos podemos hacerlo, pero a él se le facilita eso, no por su profesión sino por su mucha fe.
El otro día le preguntó:
-Padre: ¿dónde se te puede hallar?
Respondió él:
-Estoy en la naturaleza; en las montañas y los bosques; en los desiertos y las selvas; en el mar. Estoy en el corazón del hombre y la mujer. Estoy, sobre todo, en los hogares donde habita el amor de los esposos y sus hijos. Ahí es donde más estoy.
Volvió a preguntar el padre Soárez:
-Señor: ¿y estás también en las catedrales y santuarios; en las iglesias y los templos?
Contestó el Padre:
-Sí, Soárez. También ahí estoy. Algunas veces.
¡Hasta mañana!...