HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
La verdad es que en la lucha entre el arcángel y el demonio ése salió al fin vencedor. Si hubiera triunfado el arcángel no habría mal sobre la tierra, y vaya que lo hay.
El diablo anda suelto, como decían las abuelas cuando soplaba un viento oscuro que levantaba remolinos de polvo a las alturas.
Yo no le tengo miedo al diablo. Mayor temor me causan mis demonios interiores. Pero no me gustaría topármelo. Le llaman "el tentador", y yo soy presa fácil de las tentaciones. A lo mejor me invitaría una copa. Y se la aceptaría, sobre todo porque del otro lado no puedo esperar una invitación igual.
Soy hombre débil, lo confieso. ¿Habrá alguno que no lo sea? Pero mis culpas son amorosas. Todo lo que hago lo hago por amor. Incluso amo por amor. Si alguna vez me topo con el arcángel le invitaré una copa. Espero que me la acepte, para no tener que ir a tomármela, por amor también, con la competencia.
¡Hasta mañana!...