"Tacos de cabrito: 25 centavos.
Tacos de cabra: 50 centavos.
También hay tacos de a peso".
Ese letrero, escrito en broma, se leía en una modesta fonda en la rinconada del mercado de Saltillo.
El cabrito ha sido siempre ornato y gala de la gastronomía de mi ciudad. Don José Alvarado desdijo de la sabida frase vasconceliana, aquélla de "los bárbaros del norte, el reino de la carne asada", y afirmó que una fritada de cabrito de Coahuila o Nuevo León es un platillo más barroco que el más adobado mole de Oaxaca o el mejor chile en nogada de Puebla. La cocina coahuilense, en efecto, es sabrosísima y variada. Un asado de puerco, unas migas norteñas, una patagorría del centro y norte del Estado, son delicias que por fuerza convocan a la gula, para no hablar de la rica dulcería regional, gozosa anticipación del paraíso.
José María Fraustro Siller, alcalde saltillense, presidió el Cabrito Fest, en el cual se dan cita los mejores cabriteros de la comarca para ofrecer el tradicional platillo en sus diferentes formas, y sus nuevas creaciones. Ya que no pude estar presente en cuerpo fui en espíritu. Con él también se disfrutan los goces corporales.
¡Hasta mañana!...