Aquel hombre perdió su fortuna.
Siguió viviendo.
Aquel hombre perdió sus amigos (consecuencia natural de haber perdido su fortuna).
Siguió viviendo.
Aquel hombre perdió su familia.
Siguió viviendo.
Aquel hombre perdió su fe.
Siguió viviendo.
Aquel hombre perdió sus sueños.
Siguió viviendo.
Aquel hombre perdió sus recuerdos.
Entonces ya no vivió.
¡Hasta mañana!...