Desde que conocí a este hombre noté algo extraño en él.
Soy tardo para hacer amigos, pues desde joven supe que me dolería perderlos, pero este hombre tenía una vaga tristeza que me llevó a acercarme a él. Al paso del tiempo él me diría que notó en mí una vaga tristeza que lo llevó a acercarse a mí.
Sufrió quebrantos de alma y cuerpo. Tuvo penas de amor y desamor. Fue rico en dinero, pero pobre en todo lo demás. Baste decir que yo fui su único amigo. Baste decir que la mujer que amó jamás supo que la había amado.
Un día los médicos le diagnosticaron una de esas enfermedades que se llaman terminales. Me dijo:
-Vamos a celebrarlo.
Nos emborrachamos. Aquella noche me contó su historia. Una vez se puso frente a un espejo. La imagen reflejada en el espejo salió de él y lo hizo ponerse en su lugar. Así que mi amigo no era mi amigo. Era el reflejo de mi amigo. Eso fue lo extraño que noté en él desde que lo conocí.
Murió mi amigo. Más bien dicho, murió el reflejo de mi amigo. Me pregunto si mi amigo vive aún en el espejo.
¡Hasta mañana!...