Te soñé la otra noche.
En el sueño tú eras la que fuiste y yo el que fui.
En el sueño era el amor que fue.
El amor que fuimos.
Ahora espero la llegada de la noche para esperar la llegada del sueño.
Si no llega, si con él no llegas tú, doy la noche por perdida, y por perdido me doy yo.
Dime qué debo hacer, amada, para soñarte o para que me sueñes tú.
Siempre supiste más de lo que sé; siempre fuiste más de lo que soy. Ahora sabes del sueño más que yo, y sabes de la noche lo que yo sé.
Haz que llegue la noche.
Haz que llegue el sueño.
Ven.
¡Hasta mañana!...