HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor hizo a la mujer.
¡Qué hermosa le salió esa criatura!
Su cuerpo era resumen de todas las armonías. En su rostro se hallaban todas las bellezas. Sus ojos, negros como la noche y sugestivos como ella, tenían el cintilar de las estrellas. En sus labios había promesas no sabidas, y uno solo de sus cabellos habría bastado para atar todas las voluntades.
No había duda: la mujer era la obra maestra de la creación.
El Señor la vio y le comentó al Espíritu:
-Qué lástima que yo sea quien soy. Veo a la mujer y envidio al hombre.
¡Hasta mañana!...