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Los movimientos políticos y militares que dominan la región norteña maliense del Azawad transmitieron al Gobierno ruso su preocupación por una posible participación de los mercenarios rusos del Grupo Wagner en operaciones militares en las zonas que se encuentran bajo su control.
Esa preocupación fue expresada por una delegación del denominado Marco Estratégico Permanente para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo (CSP-PSD), que une a todos estos movimientos, durante una reunión este lunes con el embajador ruso en Bamako, Igor Gromyko.
El representante en el extranjero de la Coordinadora de los Movimientos del Azawad (CMA, el mayor componente del CSP-PSD), Sayyid ben Bila, indicó a EFE que los movimientos de su región temen el apoyo de Wagner al Ejército maliense en una posible incursión "contra los civiles" en las regiones del centro y del norte de país.
Aseguró que esta preocupación está justificada por la implicación de los mercenarios rusos en ataques anteriores contra civiles, como bombardeos que, según afirmó, tuvieron lugar este lunes contra la población de Lira, en la región norteña de Tombuctú.
El ataque, que no fue confirmado por fuentes independientes, se saldó con cuatro muertos, entre ellos dos mujeres, y una joven herida, según Ben Bila, que citó también la masacre de Moura (centro) denunciada por la ONU y cometida por el Ejército maliense y soldados extranjeros, supuestamente de Wagner, en marzo de 2022, que se saldó con 500 civiles muertos.
Según Ben Bila, el embajador ruso aseguró durante la reunión que Wagner es una empresa privada contratada por el Gobierno maliense para misiones técnicas como el entrenamiento y el asesoramiento del Ejército, y que el Estado ruso no es responsable de los comportamientos que se atribuyen a este grupo.
La reunión se produce después del fallido motín protagonizado el pasado 24 de junio por Yevgueni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, centenares de cuyos mercenarios actúan en Mali protegiendo a miembros del Gobierno de transición, formando a militares y también supuestamente en operaciones antiterroristas.
Ante la incertidumbre que dejó la rebelión frustrada, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró el pasado domingo a Mali que Rusia seguirá apoyando a ese país y el presidente de la transición maliense, Assimi Goita, viajará a Moscú a finales de este mes en el marco de la Cumbre Rusia-África.
El portavoz del CSP-PSD, Mohamed Uld Ramadán, que asistió a la reunión en Bamako con el embajador ruso, explicó a EFE que este diplomático considera que las discrepancias entre los movimientos del Azawad y el Gobierno maliense son un "asunto interno" y recalcó su apoyo al acuerdo de paz firmado entre las dos partes en Argel en 2015.
Los movimientos del Azawad, que son la autoridad de facto en amplias zonas norteñas, donde los grupos yihadistas son muy activos, acusan a la junta militar que gobierna Mali tras dos golpes de Estado de no tener la voluntad política de aplicar el acuerdo de paz Argel de 2015 y de incapacidad para acabar con la inestabilidad política y de seguridad.
Entre los objetivos incluidos en el acuerdo de Argel y que las comisiones intentan aplicar está la integración de 26 mil 000 de los combatientes que luchan en estos movimientos del CSP-PSD en las filas de las fuerzas gubernamentales malienses.
Los grupos políticos y militares del Azawad condicionan la vuelta del Ejército maliense a esta zona a que la mayoría de los militares sea población local integrada ya en sus filas, incluyendo sus comandantes.
