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Mujeres del campo dominicano han decidido unir sus fuerzas y apostar por un futuro mejor y por el empoderamiento involucrándose en proyectos de elaboración de productos derivados de la fruta y el café, con el apoyo de la Cooperación Española.
La elección no ha sido casual: el café y la fruta son dos de los principales productos de la agricultura de República Dominicana y, en concreto, de la Cordillera Septentrional, escenario de unas iniciativas que ahora se quieren ampliar a otro gran protagonista, el cacao.
El proyecto para la elaboración de mermeladas, jugos y conservas de fruta, bajo la marca Frutada, involucra a 90 familias (unas 500 personas) y siete comunidades de esa cordillera: las mujeres que trabajan en la pequeña factoría (por ahora solo cinco), los agricultores que facilitan la materia prima o los encargados de la venta en el mismo lugar de producción, la distribución en colmados, el transporte.
Una iniciativa, a cargo de la ONG española Prodiversa, que ha contribuido al desarrollo y crecimiento económico sostenible en esas comunidades mediante el aumento de la productividad y los ingresos de las familias dedicadas a la agricultura.