(RAMÓN SOTOMAYOR)
Con la mano derecha sostiene la batuta que empleará el próximo jueves 20 de abril , a las 20:30 horas, para dirigir a la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila, en el marco del 30 aniversario del Museo de las Aves de Saltillo. Bajo el título ‘Vuelo’, el programa que ha preparado la maestra Natalia Riazanova incluye piezas de compositores como Rossini, Mozart y Mendelssohn, cuyo hilo conductor se forma gracias a las propiedades sonoras que permanecen en la mente, a primera oída, de quien las escucha.
Este será un concierto para orquesta clásica, adecuado al tamaño del escenario en el citado recinto saltillense. Si bien existen toques de dramatismo en las obras elegidas, la maestra indica que en general se trata de una propuesta festiva que tendrá transición de lo clásico al romanticismo.
Al subir al podio, Riazanova también emplea su rostro para comunicarse con los músicos. Gestualiza con el fin de transmitir energías, emociones. Su batuta corta el aire como si dibujara la partitura. Se trata de una elección de vida que tomó desde que era pequeña.
“Desde chiquita, dirigir las orquestas siempre fue mi fascinación. A los tres años le dije a mis papás que iba a ser directora de orquesta. Se rieron mucho en aquel entonces, pero mírame aquí”.

Dirigir es toda una ciencia. Antes de dirigir cualquier obra, la maestra Natalia Riazanova se coloca frente a un espejo y analiza cada uno de sus movimientos. Se esfuerza en diseñar la gesticulación exacta para transmitir lo que el sonido necesita. Y, a raíz del empoderamiento de la mujer en distintas ramas profesionales, espera dar ejemplo para que futuras directoras de orquesta no desistan en su camino y logren subir a un podio.
“Hay muchas mujeres que han estudiado, pero nunca les tocó subir al podio. O las que conocemos como grandes directoras, dedicaron toda su vida en esta lucha. Sabemos que dentro de la dirección de orquesta no existen todavía paridades como en cosas políticas […] Si nosotras no subimos al podio, si las niñas no nos ven, entonces ¿cómo queremos que haya mujeres directoras?".
Programa

Riazanova y la Orquesta Filarmónica del Desierto interpretarán obras como la obertura de El barbero de Sevilla, ópera bufa estrenada por Rossini en 1816. De fábula sencilla, la pieza ostenta una música espectacular, de gran virtuosismo para todos los instrumentos, poblada de grandes crescendos, que se inaugura con una introducción lenta, dramática.
“Cuando Rossini empezó a usar esos crescendos, la gente se volvía loca, empezaban a gritar y a aplaudir, porque este manejo del pianísimo hasta el fortisímo extremo provocaba gran reacción”.
Mientras tanto, Riazanova indica que Serenata nocturna de Mozart es también una obra con bastantes misterios. La partitura muestra al compositor maduro, con notable músculo dramático. Fue escrita en 1787, condiciendo con la composición de la Ópera Don Giovanni, pero hasta la fecha se ignora para quién o para qué la compuso el genio de Salzburgo.
“Algunos musicólogos dicen que el golpe dramático del segundo movimiento, es similar al canto del estornino que Mozart tenía. Esa es La pequeña música nocturna, que es su Réquiem chiquito para su pájaro. Pero realmente es la gran problemática de todo ser humano relacionado a la existencia”.
Finalmente, Sinfonía No. 1 de Mendelssohn, escrita en 1824, se muestra con un volumen más robusto, con cierto acento mozartiano.
La maestra también resaltó la colaboración con la Orquesta Filarmónica del Desierto y su director Natanael Espinoza, así como los festejos por las tres décadas del Museo de las Aves.
“Esta orquesta ha crecido mucho en los últimos años, enormemente. Natanael Espinoza, su director artístico, es un músico joven con gran visión que no le teme a experimentar”.
Conferencia
Además, en el marco de su visita a Saltillo, Natalia Riazanova impartirá la master class para ensambles de música de cámara. Esto será el 21 de abril, de 10:00 a 13:00 horas, en el Auditorio Silvestre Revueltas de la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila.