(GUADALUPE MIRANDA)
Luego de que las autoridades de la Fiscalía Fiscalía General de Estado de Coahuila confirmara que el cuerpo encontrado el pasado domingo en Francisco I. Madero corresponde a Dayan Yamil Favela Quiñones, de 34 años de edad, desaparecida desde el 11 de enero den Gómez Palacio, el Instituto de Formación, Investigación y Consultoría de Género y Derechos Humanos (Incide- Femme), señaló que es necesario por parte del Estado y autoridades judiciales aceptar toda denuncia de persona desaparecida sin trabas, largas o supuestas “razones para comenzar a investigar.
A través de un comunicado, Incide-Femme dio a conocer su postura, en el que insiste en la importancia de la pronta acción durante las horas críticas.
“De igual manera, es esencial que dichas autoridades den el debido seguimiento a la investigación con todos los protocolos, mandatos y lineamientos dentro de la tipificación de feminicidio, sin importar fronteras, favoreciendo la colaboración interestatal entre Durango y Coahuila e inter-municipal, dentro de la región conocida como La Laguna”, reza el documento firmado por Ariadne Lamont directora de Incidencia y Acompañamiento a Víctimas de Violencia y por Layla Miranda Girón, directora Comunicación Social.
“Dada a la condición en que fue rescatado el cuerpo, desde el análisis con perspectiva de género, este feminicidio cumple con la característica de enviar un mensaje público y claro a las mujeres de la localidad, evidenciando la postura machista de que las mujeres somos objetos y no seres de derechos, lastimando profundamente a la sociedad. Por lo que es necesario no solo hacer un llamado a las autoridades judiciales, si no también a la sociedad en general, empresas, escuelas y hogares, para que analicen, cuestionen y deconstruyan lo que estamos enseñando a los hombres durante su desarrollo, orillándoles a suponer que la hombría es sinónimo de violencia”.
Señalan también que es deber de cada integrante de la sociedad, compartir que el “ser hombre” no lleva implícito el ejercicio de la violencia ni el suponerse superior a otras personas, especialmente las mujeres. También es necesario evitar censurar a aquellos que elijen el camino de la paz y el amor, rompiendo pactos con quienes son violentadores.
“Las mujeres no somos objetos. Y no basta con reclamar al Estado, debemos sacudir cada cimiento y estructura machista: cuando los poderes judiciales ponen obstáculos, y no actúan con prontitud durante las horas críticas para alcanzar el rescate de una vida igualmente valiosa sin importar género o condición económica; cuando la sociedad avala, normaliza y fortalece los comportamientos machistas; las escuelas no intervienen a favor de la igualdad y no discriminación y las empresas mantienen a sus empleadas en condiciones fuera de la ley de trabajo, con jornadas que se alargan por encima de las 8 horas, incluso hasta 12, sin la suficiente seguridad para el personal y sin otorgar ninguna formación por respeto a la vida, las diversidades sexuales y los derechos de las niñas, niños y mujeres”, dicta el documento.
Dayan era mujer, madre, amiga, hermana, hija y empleada. “Se interpela a toda la sociedad, hombres y mujeres, academia, sociedad civil, juventudes, tercera edad, todos y todas a reflexionar por qué un hombre se siente dueño de la vida de una mujer”.