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La comisaria rusa para los derechos de la infancia, que tiene una orden de arresto en su contra por crímenes de guerra por haber deportado niños desde Ucrania, declaró el miércoles en una reunión de la ONU que se los llevaron por su seguridad y que Moscú está coordinando con organizaciones internacionales la devolución a sus familias.
Los embajadores de los países occidentales boicotearon la reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU, enviando en su lugar a diplomáticos de bajo nivel. Además, los representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Albania y Malta abandonaron la reunión cuando Maria Lvova-Belova comenzó a hablar por videoconferencia.
La Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra ella y el presidente ruso Vladímir Putin, acusándolos de haber secuestrado a niños de Ucrania.
Rusia, que tiene la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad este mes, convocó la reunión para contrarrestar lo que, asegura, es información falsa sobre los niños ucranianos.