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ACTITUDES

No importa gobernar sino ganar el 2024

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Como viene sucediendo en el último año, Andrés Manuel López Obrador y Morena se adelantaron a la oposición para lanzar su estrategia electoral con miras a la sucesión presidencial del 2024.

Meses atrás el primer mandatario lanzó al ruedo a sus "corcholatas" sin importar si violaban o no las leyes electorales y ahora decide la metodología para seleccionar a su candidato presidencial.

De acuerdo a señalamientos del Instituto Nacional Electoral resulta evidente que se han registrado faltas al reglamento, pero que importa al fin y al cabo en este país el presidente es el primero en cuestionar a las instituciones y en violar el estado de derecho.

De aquí en adelante será todavía más fácil brincarse las trancas porque el régimen morenista logró colocar a una presidenta del INE a modo y se quitó de encima a los consejeros incómodos, en especial al ex titular del organismo electoral Lorenzo Córdova.

López Obrador dio instrucciones para preparar el camino a la selección del candidato presidencial de Morena en una jugada que bien puede considerarse como una fina carambola de tres bandas.

Por un lado, complace a los ciudadanos y a la clase política al obligar a todos los contendientes de cargos públicos a renunciar o bien a solicitar licencia en el caso de quienes ostentan puestos de elección popular.

Morena pone de esta manera piso parejo para que los aspirantes se muevan sin utilizar su investidura y principalmente el presupuesto oficial para su promoción electoral.

En segundo lugar se adelanta a la oposición que se observa lenta y adormecida al no llegar todavía a un acuerdo en el método para la selección de su aspirante presidencial.

En tercer lugar ha trascendido que las "corcholatas" de López Obrador acordaron sujetarse a los resultados de la encuesta que se realizará en agosto y quienes no resulten favorecidos recibirán cargos relevantes en el próximo sexenio bajo el compromiso de sumarse al candidato o candidata designada.

Marcelo Ebrard fue el primero en renunciar a la Secretaría de Relaciones Exteriores y varios más anunciaron su intención de separarse del cargo una vez que el consejo de Morena confirme las reglas del juego en la sesión que sostendrá el próximo domingo.

El lunes o quizás el martes veremos ya sin cargos a Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, entre otros aspirantes a la silla presidencial de México.

Y seguramente en las siguientes semanas viviremos una oleada de renuncias de cientos o miles de políticos que aspiran a gubernaturas, alcaldías, senadurías, diputaciones federales y locales por el partido de la 4T.

La estrategia será efectiva para las ambiciones de los miembros de Morena, pero francamente fatal para México que vivirá de aquí a las elecciones el abandono de infinidad de programas sociales, educativos y económicos de los gobiernos.

La ciudadanía luchó durante décadas para acortar los tiempos electorales y el derroche que se vivió en el pasado, en especial por los candidatos del PRI que gastaban alegremente durante las campañas políticas.

Quizás usted recordará cuando en México el "destape" del candidato oficial ocurría en septiembre u octubre y de ahí a las elecciones de julio del siguiente año, la maquinaria del sistema se enfocaba a posicionar la imagen del futuro presidente.

No importaba el costo ni dejar al garete los programas del régimen en turno, lo verdaderamente crucial era conseguir un triunfo holgado y convincente del candidato del sistema, aunque la votación fuera escasa y manipulada.

Hoy con Morena habrá que prepararse para vivir la misma historia o peor quizás porque los tiempos se han adelantado prácticamente un año.

Con estas maniobras es evidente que Morena consolidará su ventaja en las preferencias toda vez que en los próximos meses los medios dedicarán amplios espacios y tiempo para dar cuenta de la sucesión presidencial al interior del partido en el poder.

Pero cuidado porque nada está escrito en este país, en los 80 varios miembros reconocidos del PRI, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, formaron la Corriente Democrática que derivó en la creación del Partido de la Revolución Democrática de donde surgió Morena.

Años después el PRI volvió a escindirse con la salida de Manuel Camacho Solís y seguidores, entre ellos Marcelo Ebrard, al no ser favorecido con el "destape" de 1993. Pronto veremos si las "corcholatas" se mantienen unidas o si Morena sufre su primera gran ruptura.

NOTICIA FINAL…

Los resultados electorales del pasado domingo no sorprenden: la oposición pierde el Estado de México como resultado de un PRI rancio y encopetado mientras en Coahuila barrió un candidato -también del PRI- que ha estado cerca y atento a los ciudadanos.

Comentarios a jhealy1957@gmail.com

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