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El gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, descartó que haya un aumento en el flujo de migrantes que se registra en la frontera con Estados Unidos, luego de que terminara la aplicación del Título 42, política de salud pública que permitía expulsar a los indocumentados de forma expedita en el marco de la pandemia por COVID-19.
"Los rumores han sido muchos, pero realmente no se ha dado un flujo extraordinario en la frontera con Estados Unidos, sobre todo en la nuestra, en la parte de Piedras Negras y Acuña", dijo.
Señaló que se ha trabajado en coordinación con el gobierno del vecino país para poder evitar precisamente que un flujo extraordinario venga a vulnerar a los habitantes o a alterar algunas de las condiciones que tiene la entidad en materia de salud, de seguridad o en la parte laboral.
"La realidad es que, hasta ahorita, eso no se ha dado, no ha habido en la frontera norte un flujo extraordinario, todavía nada de qué preocuparnos", comentó.
Riquelme Solís dijo que se trabaja arduamente con las autoridades de Texas para que, de manera coordinada, se dé seguimiento a la situación migratoria de cada persona cuidando sus derechos pero también haciendo valer la Ley de ambos estados.
"No hay todavía algún indicador que nos diga que también en fechas, en tiempos, en los cuáles está pasando tanto Coahuila como Estado de México, haya algún movimiento incitado por cualquier otra autoridad o grupos criminales", dijo.
Señaló que la frontera está tranquila y confió en que se mantenga así un proceso electoral tranquilo, con los horarios que se mantienen en la línea fronteriza.