Fuera del ambiente nacional por el gran poder que significa la Presidencia de la República, donde como es sabido todos los actores interesados en ello actúan de diversas formas, por encima y por debajo de la mesa pública, el primer actor, el presidente Andrés Manuel López Obrador está como es su claro derecho, operando para intentar asegurar la continuidad de su proyecto de nación y su concepción del ejercicio del poder.
En segundo término, claro están, aquellos que creen que puedan alzarse con la candidatura del partido del presidente, y por lo tanto a como hace tres semanas indicaban las encuestas de opinión, cabalgar seguros hacia la silla que hoy ocupa López Obrador, y que por disposición constitucional deberá abandonar el 30 de septiembre del año entrante.
Claudia Sheinbaum en primerísimo lugar, Marcelo Ebrard en segundo, Adán Augusto López y Ricardo Monreal de relleno -más la participación anecdótica del diputado Gerardo Fernández Noroña- componen la baraja que el primer mandatario y dueño solitario de todas las decisiones importantes de Morena, ha dispuesto lanzar al ruedo político en este capítulo de simulación de sucesión democrática dentro de su "movimiento".
Líneas arriba se señalaba que hace tres semanas parecía que quien Andrés Manuel eligiera, prácticamente se convertía en su seguro sucesor(a) debido a la inmensa popularidad del propio presidente y a sus envidiables niveles de aceptación, pero también a que la oposición sencillamente seguía sin dar pie con bola en cuanto a plantarles cara a los deseos del presidente López Obrador.
¿Cómo será de impredecible la política aunque todas las circunstancias anticipaban desde ahora un claro de Morena en 2024, un arrebato del propio Andrés Manuel hace avivar la esperanza para quienes no están con él, de que no todo está dicho para las próximas elecciones presidenciales?
El primer mandatario de México tiempo atrás dijo, sin fundamento, que la senadora panista Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz había declarado que estaba en contra de los programas sociales del gobierno. Ante tal aserto, la legisladora federal tramitó un amparo para tener derecho de réplica ya que se comprobó que públicamente ella jamás había dicho lo que el propio presidente había puesto en su boca. Su exigencia es que tal réplica se hiciera en el mismo escenario donde el tabasqueño le había imputado tal aseveración sobre los programas sociales en la conferencia mañanera presidencial en Palacio Nacional. Cuando Xóchitl quiso entrar para ejercer su derecho concedido en un amparo, Andrés Manuel violó la ley, y haciendo gala de su inmenso poder real impidió que la réplica sucediera.
Todo cambió a partir de ello. Xóchitl Gálvez había manifestado su interés por participar como candidata del Frente Amplio Opositor conformado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, pero el incidente de la negativa de AMLO de otorgarle su derecho de réplica la catapultó exponencialmente para que en lugar de pensar en gobernar la Ciudad de México, hoy Gálvez tiene la oportunidad de convertirse en la primera mujer en la historia de México, en jurar como Presidente de la República. De ese tamaño es el costo de exabrupto del presidente, quien hasta en esta ocasión, había arrollado a todo aquel que se le interpusiera en el camino.
En los tiempos donde el Frente Amplio anunciaba su método de selección, la decisión y sobre todas las persistentes declaraciones de López Obrador de denuesto de la hidalguense aspirante a la candidatura presidencial por la alianza opositora, no han hecho otra cosa más que fortalecer a Gálvez y anticipar el resultado de selección del Frente, que sin duda se decantará por la senadora.
Apenas días atrás Xóchitl visitó Coahuila, y claramente levantó entusiasmo en los eventos en los que se presentó tanto en Torreón como en Saltillo, que bien pueden termómetros de que existe un sentimiento oculto de tanta gente que antes creía que Morena y sus huestes serían invencibles, pero con lo que se ha visto en el ánimo por donde pasa Gálvez, parece que tiene esperanza, paradójicamente iniciada por el propio Andrés Manuel López Obrador.