Magdalena Mondragón -1913-1989- lagunera distinguida; periodista, dramaturga y novelista, recopiló dichos, historias y expresiones del lenguaje popular mexicano, plasmándolo en "México pelado… pero sabroso". Lo invito a repasar sus citas y sonriendo disfrutar momentos gratos, reflexionar y concluir.
Desde la conquista, fue útil la prosa para denunciar malos actuares; refiriéndose a Hernán Cortés y el oro que sustrajo a los aztecas, -alguna parte se la quedó- le escribieron: "Oh, que triste está el ánima mea/ mientras el oro de Cortés no vea…".
Con el pasar de los años, el lenguaje en prosa y refranes también llegaron a la grosería, así apareció aquello de "quien es cabrón, es cabrón/ el borrego es agachón/ el chivo hasta cierto punto/ pero Usted, querido amigo/ todito tiene junto: chivo, borrego y cabrón". ¿Encuentra algún politiquero a quien le acomode?
De Yucatán, no solo las bombas y ritmos musicales con letras jocosas; también apareció la picardía, caso de Don Francisco Rodríguez, de oficio peluquero; escribió: "En toda revolución, al sucumbir los tiranos, nunca muere la opresión… ¡tan solo pasa de manos!". ¿Será verdad?
El jarocho gusta de la "bomba" y piropo jocoso o de enamorado, que nombran: "¡Bomba! Quisiera ser zapatito de tu delicado pie, para ver yo desde abajo lo que tu zapatito ve". Actualmente es "acoso".
La improvisación, presente desde siempre en La Laguna; Pancho Datos, de quien Rubén Romero, escribiera en una de sus estrofas: "Allá en los llanos ingratos/ de la Región Lagunera/ rica zona que prospera/ gracias al sudor del hombre/ conocí -no les asombre- a Pancho Datos Cabrera". Luchador, revolucionario, escribió entre batallas: "Si la pelona me llama/ aquí la espero parado/ para morir acostado/ mejor ni hubiera nacido/ que nunca me halló dormido/ ni el rayo del sol dorado".
Del corrido revolucionario, siguiendo el estilo del juglar europeo: "Les decía Francisco Villa/ vámonos pá fuerita ya/ a tirarnos a la orilla/ no tirarle a la ciudad", lo dijo en la hacienda de Santa Ana, donde perdió el brazo Obregón.
Sobre la toma de Zacatecas: "El día veintitrés de junio/ habló con los presentes/ fue tomada Zacatecas/ por las tropas insurgentes".
También menciona al "negrito poeta", poblano del siglo XVIII, quien se asentó en la ciudad de México, viviendo pobre, siendo florista altamente reconocido por sus respuestas y capacidad de improvisación; al pedirle versara sobre la mujer, inmediatamente respondió: "los enemigos del mundo/ que el hombre suele tener/ son, en la verdad me fundo/ suegra, cuñado y mujer".
Recuerda las tarjetas con imágenes en el anverso y leyendas en el reverso, que circularon hasta entrado el siglo pasado; ejemplo: al frente, una bella mujer sentada en un banquillo y al reverso "yo vivo de lo que tengo en el banco"; otra más mostrando a Adán, en el Paraíso y atrás la leyenda: "Dichoso nuestro padre Adán que no tuvo suegra". Machismo puro.
El español mexicano utiliza partes anatómicas para definir estados de ánimo: "olérsela", es sospechar; "mucha pupila", ver lo que los otros no; "parar oreja", poner atención y muchas más, sin olvidar aplicaciones de la palabra hueso, definiendo a aquellos que disfrutan "vivir del presupuesto".
No podía dejar de mencionar a Hermenegildo Torres, coahuilense asentado en Monterrey, creador de la PUP -Asociación por la Unificación de los Pendejos- que credencializó a miles de mexicanos; a quienes no reconocían su "pendejez", los remitía a la PIP -"Presumidos y Pendejos"- sentenciando: "Si a cada pendejo perverso/ tuviéramos que encerrar/ preciso sería circundar/ los muros del Universo". El decálogo y la clasificación favorecen divertidas asignaciones entre amigos.
Magdalena Mondragón, tampoco olvida palabras homónimas, que se refieren a cosas distintas; la madre es otro caso y el Chingoles de Pedro María de Usandizaga y Mendoza. Da para para mucho.
Incluye la caricatura, con cátedra sobre su historia, mencionando a muchos, entre ellos Bismarck y Freyre; también la crítica periodística/social de periódicos; "El Ahuizote" -1874- mostraba a una mujer hermosa -la ley- contrastada con otra desalineada y el texto: "Aprended flores de mí/ lo que va de ayer a hoy/ ayer maravilla fui/ y hoy sombra de mí no soy".
De las críticas a usos y costumbres porfirianas, mandando hijos a estudiar a Europa, recuerda el epigrama: "Andresito el casquivano/ recién venido de Francia/ afecta con petulancia/ no saber ya el castellano/ dad parabienes a Andrés/ por lo que en Francia ha ganado/ el español ha olvidado/ ¡y no ha aprendido el francés!".
Del 1968: "México no tiene presos políticos, ¡no!, lo que necesita son políticos presos". Actual.
Todo el texto está escrito con divertidas enseñanzas que llevan a la reflexión y, me temo, la crítica al no cambio de actitud política de nosotros.
Le invito a buscarlo y leerlo, pensar en nuestra historia y, de la mano de Magdalena Mondragón, reflexionar… y superarnos. ¿Acepta?
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