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No hagas cosas buenas

Pensamiento sensato

ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

El sector con mayor tiempo en aulas escolares en el país parece que se ha entusiasmado con el fenómeno de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quien ha despertado del letargo en el que se encontraba sumida junto con la clase media, el empresariado, y aquellos grupos sociales o regionales que no están entregados al movimiento de lo que se denomina Cuarta Transformación.

Los niveles de aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador y en términos generales del posicionamiento Morena, hacían hasta hace cuatro semanas atrás todo el proceso electoral, que para efectos prácticos ya está echado en marcha, (aunque están fuera de la ley por estar ocurriendo adelantadamente a los tiempos legales establecidos) un mero trámite para que el año próximo la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, (ahora con licencia) Claudia Sheinbaum Pardo, recibiera la banda presidencial.

Después de la imprecisa declaración del propio Presidente de la República respecto a que la senadora Gálvez Ruiz había dicho que se retiraría en caso de llegar al poder, los programas sociales que ahora ejecuta el actual gobierno federal llevó a desencadenar una serie de acciones por parte de la legisladora hidalguense, quien aprovechó esta circunstancia para tramitar un amparo que le diese derecho de réplica en el marco de alguna de las conferencias mañaneras, instrumento de comunicación de López Obrador que le había permitido hasta entonces tener el control absoluto de la agenda pública de la vida nacional.

En una mala jugada para sus intereses, Andrés Manuel impidió el acceso a Xóchitl a la dichosa conferencia cerrándole las puertas de Palacio Nacional, lo que ha sido catapulta a la notoriedad de la aspiración de la senadora a la candidatura presidencial bajo las siglas del Frente Opositor, conformado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En este impulso a la aspiración presencial de la legisladora de Acción Nacional, uno de los furibundos detractores del presidente Andrés Manuel López Obrador, el ex presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006) declaró que de llegar a la presidencia de la República el año entrante, Xóchitl debería retirar los programas sociales de la Cuarta Transformación y restablecer las pensiones a los expresidentes.

Fox Quesada en su aserto dijo que Gálvez debería echar fuera los "huevones" del gobierno y a los "huevones" en general que se han beneficiado con los dichosos programas sociales.

Flaco favor le hace el expresidente a la senadora y aspirante con esta insensible y estúpida declaración.

El principal motivo que permitió que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia y aún después de casi cinco años de ejercicio en el poder le permita tener tal nivel de aceptación, es justamente que supo enarbolar la causa de la sempiterna desatención que los gobiernos priistas y panistas tuvieron siempre con las clases desprotegidas.

Es evidente que mucha área de oportunidad ha dejado pasar López Obrador, execrable incluso su decisión de polarizar a la sociedad mexicana exacerbando las diferencias y acrecentado el odio social que nace de una vergonzante desigualdad del pueblo mexicano.

Los arrebatos como el de cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, la interrupción de la instalación de la cervecera Constellation Brands en Mexicali, el modo de construir el Tren Maya o las muchas mentiras que ha dicho sobre la refinería Dos Bocas, son ejemplos que ciertamente no pueden ser ejemplo en esta administración de un eficiente proceder del actual gobierno

El patético manejo de la pandemia del Covid y del sector salud en general, y lo que todavía es peor, el desempeño en el área de seguridad, deja claro para aquel que intente realizar un juicio racional de la administración López Obrador, tendrá mucho de donde reprobar, pero atreverse a pedir que se cancelen los programas sociales sólo porque parecen para "huevones", lamentable.

Ojalá en México se pudieran realizar debates serios sobre el derrotero de la vida nacional, lo cual es simplemente imposible por la calidad de la clase política que tenemos. Pero aquel que no entienda que por el momento la terrible desigualdad debe ser atendida de manera apremiante, como igual debería ser la seguridad pública (que no hace o lo hace muy mal Andrés López Obrador) simplemente no puede tener cabida en su pensamiento sensato, que tanta falta nos hace a los mexicanos de partes de nuestros políticos.

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Escrito en: editorial Enrique Irazoqui editoriales

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