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Pequeñas especies

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La magia de la infancia

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Dónde quedó el niño que fuimos, aquel niño franco y espontaneo que siempre sonreía, esa personita que tenía sueños e ilusiones, más que preocupaciones.

Ese niño que a diario le decían sus abuelos y padres cuanto le querían, cuanto lo apreciaban, cuanto valía, cuan importante era todo lo que hacía. Ese niño que había aprendido a tener paciencia, a comprender que la calma era necesaria para esperar sin desesperar, que en la vida lo bueno y lo malo pasa, así como pasan los años.

Ese niño que vislumbraba que sería el arquitecto de su existencia, que nada estaba escrito sobre su futuro, que entendía que siempre hay una oportunidad para ser feliz, y que la vida esta llena de aciertos y errores. La actitud ante la vida lo hacía equivocarse en ocasiones, lo cual no era tan malo, no se encerraba en ese error sin perdonarse, estaba convencido que todos nacimos con las mismas posibilidades, y que los ganadores eran aquellos que volvían a intentarlo una vez más.

Era el que estaba atento a sus padres y maestros quienes le transmitían la sabiduría de la vida en palabras suaves y sencillas. Aquel niño de sentimientos puros y nobles, que le preocupaba tanto la salud de su inseparable perro, como la salud del abuelo enfermo.

Durante la infancia todos alguna vez sentimos la angustia y el temor de habernos extraviado, pero siempre vimos la luz al seguir un sendero, y para continuar hay que vencer el miedo que solo existe en la imaginación, hay que avanzar sin rendirse, así como los sueños, lo moldeamos, le damos dimensiones, nos subimos en ellos, incluso los compartimos, fijamos una meta y nadie nos detiene hasta alcanzarlos.

Ese niño es quien nos recuerda que todo es más fácil de lo que parece, sobre todo si llevamos una vida digna y ordenada. Es quien nos hace madurar, a poner los pies sobre la tierra, a su edad somos el espejo de ellos, lo que hagas y digas algún día lo intentará hacer, la mentira es la acción más cruel que conoce a su edad, mientras cumplas las promesas, continuarás para él siendo una persona en quien confiar y alguien "grande" de mucho respeto.

Un niño se convierte en persona triunfadora cuando aprende de los fracasos, cuando se perdona sin rencores, cuando ama lo que hace. Se ve triunfador cuando se siente amado por quien convive. Para él los buenos colegios son muy importantes, pero no son fundamentales para su vida; siempre estará atento para aprovechar las oportunidades que aprendió en las escuelas, y el valor de los verdaderos amigos a quienes conoció en las aulas, que serán riquezas invaluables que le otorgará la vida para siempre.

Toda etapa tiene un tiempo, y el tiempo del hombre en ocasiones es más rápido que la vida misma. Por esa razón los niños viven su infancia con tal intensidad, que no dejan nada a la casualidad. Si el miedo aparece en la mente de un niño, lo analiza y le da la dimensión que quiere, y terminará por dominar a la imaginación.

Siempre existirán los miedos, aún y en los adultos, piensa que una vida sin miedos es una vida superflua, porque los miedos se presentan en forma de retos que da la vida, y son útiles para forjar al verdadero triunfador... "Sigamos aprendiendo del niño que fuimos".

¡FELIZ DÍA DEL NIÑO!

pequenas_especies@hotmail.com

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