Miguel Riquelme dijo estar más preocupado por cerrar su gestión.
Pese al "destape" del dirigente estatal del PRI en días pasados, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís reiteró estar más preocupado por el cierre de su administración que por el tema político, en el cual, dijo, las sorpresas que "todo mundo espera" no son tan importantes en su caso.
Además, cuestionó a exintegrantes o compañeros de partido que, al concluir la gestión gubernamental, han aceptado irse de embajadores a otros países representando al actual Gobierno federal, lo que además de no ser correcto, ha resultado indigno.
"Es indigna la forma en que el Gobierno federal, a través de una mañanera, los llegó a mencionar como posibles embajadores y ellos brincaron con la zanahoria", como fue el caso de Omar Fayad, quien tras concluir su gestión y renunciar al PRI fue nombrado por Andrés Manuel López como embajador en Noruega.
Riquelme Solís dijo que siempre se manifestó en contra de estas acciones, al señalar que no es correcto sobre todo para quienes, en su momento, dieron toda la batalla en el campo electoral para hacer ganar a los gobernadores, quienes no asumieron su responsabilidad como principales priistas.
Señaló además que no aceptará ningún cargo en el gobierno de otro partido porque sus convicciones no están ahí, y se dijo seguro de que el PRI, pese a las derrotas electorales que ha tenido, cuenta con posibilidades de regresar.
"Fue el constructor de las instituciones y sobre todo, podrá regresar cuando la gente se dé cuenta que el Gobierno federal que tenemos está llevando al país al precipicio; se darán cuenta muy pronto con las finanzas de la Federación, que ya no aguantan más que este proceso electoral", según indicó.
El gobernador de Coahuila dijo que por ahora, está más preocupado por terminar bien su gobierno en rubros como la seguridad; garantizar que no se suspenda la vacunación y tener los suficientes recursos para que la nueva administración arranque sin problemas, en un mes como diciembre que representa muchos compromisos económicos.
"Mi administración vino de menos a más, costó mucho ganarnos la confianza de la gente como para perderla en días, por caprichos u obsesión personal", dijo.