La prohibición del glifosato a partir de 2024 traerá graves perjuicios al sector agropecuario.
La prohibición del glifosato que el Gobierno federal pretende aplicar a partir de 2024 traerá repercusiones negativas en perjuicio de los productores agrícolas mexicanos, un sector que de antemano se ha visto severamente afectado por los recortes presupuestales, programas y apoyos.
Para el presidente de la Cámara Agrícola y Ganadera de Torreón (CAGT), Pedro Fernández, la prohibición es injustificada porque hasta ahora no se ha demostrado que dicho producto sea dañino para la salud humana, mientras que constituye uno de los más eficientes para el control de malezas en los cultivos agrícolas.
"En su momento hicimos saber que sí queríamos seguirlo usando por ser muy efectivo y económico", indicó luego de que hace algunos días se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el decreto mediante el cual se establece la prohibición del uso del herbicida en los cultivos agrícolas del país, junto con el maíz transgénico para la elaboración de masa y tortilla.
El presidente de la CAGT destacó que al ya no tener la posibilidad de emplear el glifosato, tendría que recurrirse a otros controles de maleza menos eficientes y más caros, lo que seguramente traerá como resultado un incremento en los costos de la producción y por lo tanto, de los mismos productos en perjuicio de los consumidores.
Desde su experiencia como productor, dijo que en cultivo de forrajes, al no haber un adecuado control de malezas se reduce la calidad considerablemente
El mismo decreto señala que el maíz transgénico podrá seguirse utilizando para el alimento de ganado, mas no para la elaboración de masa y tortilla, a diferencia de una primera iniciativa que consideraba la prohibición total de dicho producto en el país.
Pedro Fernández dijo al respecto que los maíces transgénicos son más resistentes a sequías, plagas y sobre todo, nutricionalmente es el mejor para el ganado de todo tipo.
LEGISLADORES EN DESACUERDO
El diputado federal José Antonio Gutiérrez Jardón consideró que las medidas impuestas por el Gobierno federal contra el uso del glifosato y el maíz transgénico en determinadas actividades, restará competitividad al campo mexicano, sector que de antemano se ha visto muy afectado por la desaparición de programas y apoyos.
Manifestó que en la Comisión de Agricultura los legisladores de oposición han externado su rechazo a estas disposiciones, las que no tienen ningún sustento científico sino que solamente se basan en preceptos ideológicos de la actual administración.
En ningún momento se ha demostrado que sean productos dañinos para la salud animal, ni para la humana, lo mismo ha pasado con la semilla transgénica del algodón; solo pretenden hacer que se vuelve a las prácticas de antaño sin tomar en cuenta que la proliferación de plagas y demás aspectos que amenazan los cultivos se combate fácilmente con toda la tecnología que existe hoy en día, señaló.
Refirió que el único argumento que se ha ofrecido es de carácter ambiental, para el que tampoco se han aportado los elementos suficientes que indiquen que genera un grave perjuicio.