¿Qué hacer con el desfase sexual?
Las relaciones de pareja son complejas, y uno de los aspectos que más diferencias genera es el sexual. En ocasiones, una de las partes tiene un ánimo, un deseo, distinto al de la otra. Esto puede durar unas semanas, o extenderse por el tiempo y causar problemas en la pareja.
Alejandro Salas Aguilera, psicoterapeuta familiar y de pareja, habló con esta publicación para orientar y resolver algunas dudas sobre este tema.
La falta de deseo sexual
Éste es considerado por el especialista como uno de los problemas sexuales más frecuentes de la sociedad actual.
“Los resultados de las investigaciones han arrojado que esto es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Y puede ser de dos tipos, por lo menos a grandes rasgos: una primaria, que es cuando nunca se ha tenido mucho interés o deseo sexual, y el otro es la secundaria, que es cuando la persona solía sentir antes deseo sexual, pero ya no lo tiene”.
Cuando no se tiene pareja, la falta de deseo sexual suele pasar inadvertida o ser una situación menos preocupante. Pero esto no sucede cuando la persona está en pareja:
“Esto se debe a que esta falta de deseo se suele relacionar con una sensación de culpabilidad, desamor o incapacidad sexual”.
No siempre es lo mismo
Salas Aguilera continuó:
“Pero algunas veces no existe tanto un bajo deseo sexual, sino que en ambos, tanto en el hombre o en la mujer, puede haber un desfase en el deseo entre los miembros de la pareja, pero sin existir problemas reales de deseo sexual. ¿Qué significa esto? Que muchas veces el estrés constante, la tensión, la cotidianidad, la rutina, va provocando un distanciamiento".
“Pero también tenemos que entender que el grado máximo de excitación implica un proceso diferente en hombres y mujeres. Muchas veces eso de por sí ya genera una diferencia en cuanto a cómo se va dando ese deseo o la culminación de ese deseo para llegar a ese goce o placer último”.
Hay otros factores que impiden el deseo sexual, además de no sentirse estimulados. Puede ser la presencia de algún trastorno depresivo o de ansiedad, o hasta el hecho de no poder comunicar ese deseo a la pareja, a veces porque hay sentimientos de enojo, resentimiento, que contrastan con algo como el deseo sexual. En otras ocasiones, incluso, puede darse el caso de que con una pareja no exista el deseo sexual porque ya está siendo satisfecho con otra persona, mediante una infidelidad.
¿Qué se podría entender por el desfase?
El especialista lo cataloga como un desencuentro en el interés: una persona quiere un encuentro íntimo, pero la otra no.
Uno de los principales obstáculos al presentar esta situación, es el factor cultural, pues tanto a las mujeres como a hombres su formación les puede dificultar tratar este tipo de temas, como si fuera algo prohibido
“Entonces hay mujeres que tienden a reprimir. Y está el hecho por el otro lado también se les juzga si decide tener varias parejas, o por lo menos se le juzga más que al hombre".
No hay, además, una duración estimada para el desfase.
“Me ha tocado atender a personas que tienen años viviendo así, y que únicamente seguían juntos por los hijos o por el que dirán. A veces esos son elementos que hacen que dos personas se resignen a vivir de determinada manera, o que busquen satisfacer su deseo de otra manera, con un tercer involucrado. He visto también cómo lo buscan resolver de diferentes maneras. Las hay las que buscan ayuda profesional mediante la terapia, y otros que le ponen fin a la separación, a ese distanciamiento, mediante un divorcio”.
Cumplir roles
En su experiencia, ha visto que hay parejas que han llegado a consulta y les cuesta darse cuenta de que han dedicado más tiempo a asumir solamente determinados roles, como el de papá o mamá, de proveedores, olvidándose así de lo que significa ser pareja.
“Muchas veces se da el hecho de que porque ya se casaron, o ya se unieron en matrimonio, o llevaron a cabo ciertos rituales socioculturales, muchas veces se supone que ese contrato matrimonial, por así decirlo, y hasta ahí quedó. Todo lo demás automáticamente se tiene que dar por añadidura cuando realmente no es así, porque es el inicio de algo que se tiene que ir trabajando día a día, desde que las personas deciden cohabitar y formar una pareja”.
La vida cotidiana
Las jornadas de hoy en día son largas, ambos miembros de una pareja deben trabajar para llevar sustento a casa, y las cargas en el ambiente laboral suelen generar estrés. Este ritmo de vida lleva a que muchas personas pierdan el interés sexual o incluso la energía.
En este caso, Salas Aguilera recomienda nunca olvidar el autocuidado, puesto es lo que permite a la personas observarse, ver cuándo es necesario hacer alto y tomar alguna estrategia de relajación.
“Este ritmo de vida va desgastando la salud, y sin ella ¿de qué sirve tener todo eso, esas cosas materiales? Y yo creo que la salud es el bien más preciado que debemos de cuidar, porque la salud es la única forma, teniendo salud es la única manera en la que podemos seguir disfrutando nuestra existencia en este mundo", explica Salas.
¿Con quién dirigirse?
Tener un acercamiento con un médico o un psicólogo con especialidad en psicoterapia sexual, que puede identificar el problema y ayudar o mandar con el especialista adecuado. Incluso, quienes hacen terapia familiar y de pareja, lo pueden ver hasta cierto punto, y no es raro que sea algo a tratar en las consultas, para verlo de manera más general, dijo Salas.