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Dos hitos populares que marcaron millones

HUGO J. CASTRO

La mayoría de nuestras narraciones son construidas a partir del pasado, de momentos y anécdotas que hemos vivido, tanto buenas como malas desde nuestra perspectiva individual.

Es por lo que la mayoría de las historias que retoman el pasado y son llevadas a la pantalla tratan de tocar el corazón de cada espectador con una simple fórmula, identificarnos con algunos de los personajes o bien con el ambiente en donde se desarrolla esta película.

Aunada a esta situación, gran parte de las producciones se han enfocado a retomar a la nostalgia como un elemento crucial para apelar a nuestro yo histórico, como aquella frase ochentera "recordar es volver a vivir" (quienes adivinen en qué producto o comerciales se mencionaba esta frase, es que ya somos los adultos de en medio).

Así pues, veremos que en la cartelera actual, como en algunos servicios de "streaming", se sigue recuperando la idea de crear historias que nos hablan de momentos, objetos y personas que tuvieron una influencia muy importante en nuestras vidas, pero que en su mayoría poco conocíamos o fueron totalmente inadvertidos.

Dos casos que llaman la atención es la película Air de Ben Affleck y Tetris del escocés Jon S. Baird. El primero nos cuenta las negociaciones que tuvieron que hacer por parte de los empleados de Nike para conseguir la firma de exclusividad del basquetbolista Michael Jordan y que a la postre traería al mundo los famosos y codiciados Air Jordan. Mientras que la segunda es la historia del cómo fue que uno de los videojuegos más famosos y adictivos en la historia pudo salir de la cortina de hierro que era en ese momento la URSS, para también sentir los vientos de cambios que a la larga hicieron que cayera el bloque comunista de Europa.

Affleck retoma los pormenores que hicieron posible que uno de los tenis más famosos en la historia del calzado deportivo fue concebido, a pesar de las desventajas que tenía Nike frente a sus competidores, mejor posicionados en el mercado del basquetbol profesional. 

De ahí su premisa de ver si será capaz el protagonista, encarnado por Matt Damon, amigo íntimo del esposo de Jennifer López, en obtener la firma de Michael Jordan para que Nike lo patrocine en su calzado. Esta historia se desarrolla en los 80's de Ronald Reagan, en donde se buscaba elementos de la cultura, no solo en las manifestaciones artísticas tradicionales, sino que se permitiera abrir el abanico de influencia hasta en los objetos (en los 70's las cosas solo eran para el uso, no para coleccionar, ¿o usted tiene guardado en su clóset para subastar un par de Exorcista de Canadá?).

El director-actor estadounidense logra conseguir con un gran elenco, que la historia tenga momentos interesantes, con el objetivo de mostrar la trascendencia que tuvieron ciertas decisiones que propiciaron la aparición de este tenis, que revolucionaron tanto el basquetbol a nivel global, como a la cultura pop de esos años.

Sin embargo, tiene varios elementos que caen en la exageración por una nostalgia mal entendida, de tal manera que a los primeros 10 minutos no sabes si estás viendo un largo videoclip con música de esa década, o que esto es la versión de Llena tu Cabeza de Rock, que no se pudo encontrar en ningún establecimiento que vendiera discos. Hasta por momentos recuerda el mal uso que se ha hecho de la música con canciones populares en películas como Suicide Squad y otras más de DC Comics, donde aparece precisamente Ben.

Además, hay algo que Affleck deja de lado, casi toda la música es pop o soft rock, dejando afuera lo que apoyó mucho el desarrollo del basquetbol de la NBA en todo el mundo: el rap. Es por lo que se siente más una historia contada desde el lado de los "blancos", los dueños de los recursos, no tanto desde el punto del jugador que sería una de las estrellas más grande del deporte estadounidense. Pero la gran solución es la inclusión de un viejo Chris Tucker (es broma), la verdadera estrella de esta película se llama Viola Davis, no solo con su presencia sino con la conducción de su actuación, da una nota importante en su larga carrera de aciertos.

Si eres seguidor de Michael Jordan te parecerá que se exageró en la idea de no exponerlo tanto, posiblemente porque nadie más que el mismo Jordan para ser él mismo, pero me parece que este velo de misterio y de poca participación le resta en lugar de sumar, como si no tuviera injerencia en la decisión de qué zapatos usar. 

Caso contrario es Tetris, que se encuentra en la plataforma de Apple TV+, nos relata como Taron Egerton (como Henk Rogers) busca hacerse de los derechos para comercializar en occidente el videojuego de origen ruso Tetris, el cual fue creado por Alexey Pajitnov. 

Rogers, un vendedor fallido de videojuegos poco populares, se encuentra en una exposición en Las Vegas la creación de Pajitnov, quien hizo este juego en sus ratos libres y con un equipo muy limitado. 

Sin embargo, este título pertenecía a Robert Maxwell, poderoso empresario inglés que era dueño de medios de comunicación, ahora recordado por desfalcos millonarios a sus propias empresas y también por su hija Ghislaine, relacionada con una red de prostitución junto al empresario estadounidense Jeffrey Epstein.

La trama está bien contada, debido a que el director supo que, así como en los videojuegos hay niveles que superar. La historia debía mostrarse así, superando todas las dificultades que representaba el tratar de hacer negocios en una industria que también se fue convirtiendo en parte de la cultura popular.

Esto hace que vaya en aumento la dificultad, que frente a los problemas que tuvieron en Nike para obtener la firma de Jordan, es un juego de niños (aunque sabemos que las comparaciones son odiosas pero esa percepción hace que como espectador, podamos valorar una y otra historia). 

Curiosamente, la intriga internacional que va mostrando esta historia, casi se parece a Argo de Ben Affleck, en la cual los momentos de tensión hacían que el espectador se sintiera, junto a los actores, en la cuerda floja. El recurso de usar imágenes de 8 bits es un recurso que nos recuerda a lo largo de la narración que toda esta historia de suspenso es por un videojuego. 

A mi parecer ambas historias apelan a la nostalgia, a recordar un tiempo en donde las decisiones de unos tuvieron una repercusión impresionante en el futuro que ahora vivimos. Si bien tratan de mostrar el cómo surgieron estos dos íconos (los tenis y el videojuego) de la cultura popular, es importante reconocer que estos objetos se han convertido en parte de lo que somos ahora nosotros, ya no son sólo las batallas o los grandes hechos históricos, sino elementos que estuvieron en nuestros pies, en nuestras manos y en nuestros corazones.

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