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Rincón Beisbolero

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CLAUDIO MARTÍNEZ

Guillermo Murra Marroquín se hizo cargo de los Algodoneros de Unión Laguna en el año 2018, justo cuando la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) celebró dos torneos, al cuarto para las 12 se tuvo que armar un roster prácticamente con las sobras que dejaron los Leones de Yucatán, manipulados por David Cárdenas Cortés, sin duda el directivo que más daño ha hecho a la nueva organización lagunera. Jonathan Aceves fue el mánager, y al término de la primera temporada los números fueron de 18-39 en ganados y perdidos, para ser el peor récord de la liga; en el segundo mini torneo los números fueron de 23-34, para un general de 41 ganados y 73 perdidos, un pobre promedio global de .359; así se sellaba la peor temporada en números, de un equipo que nació en 1940 y fue campeón por última vez en 1950.

De cara a su sexta temporada como mandamás de la organización, Murra Marroquín ha experimentado situaciones muy difíciles, como en aquel 2018; poco a poco se ha construido un equipo que pretende ser ganador, protagonista, y llamar la atención de los "expertos", quienes hasta ahora solamente lo consideran comparsa. Muchos aficionados aseguran que el presidente de los Algodoneros no sabe de beisbol, pero ante esa aseveración se puede decir que sí sabe lo que es ganar, porque el beisbol es un negocio y él es un empresario exitoso. Juan Navarrete estuvo muy cerca de ser el mánager de Algodoneros, pero situaciones que no vienen al caso lo impidieron, la decisión costó muy cara, y ahora con Ramón Orantes se pretende ser ese equipo que llame la atención de los expertos, y que ilusione a sus fieles seguidores.

A lo largo de su corta experiencia como directivo de la LMB, Guillermo Murra Marroquín también ha vivido experiencias muy lamentables, como la partida de Frankie de la Cruz, y posteriormente del mánager Omar Malavé, ambas fuera del control de la organización. Pero también hay otras dolorosas, como la salida inesperada de Missael Rivera, de cara a la temporada 2022, y ahora la obligada de Jesse Castillo a los Olmecas de Tabasco, sencillamente porque ese equipo cumple en este 2023, tres décadas de haber logrado su único campeonato, y justamente con Juan Navarrete como mánager. La intervención del presidente de la República en el beisbol, ha sido determinante, él prometió a los guasavenses, el regreso del beisbol a esa plaza, y lo cumplió, aunque fue necesario meter con calzador a los Sultanes de Monterrey.

Varias decisiones que vienen desde Palacio Nacional, han influido en el beisbol profesional mexicano, y ese apoyo del jefe del Ejecutivo, hizo imposible que Unión Laguna se negara, ante el deseo de llevarse a Jesse Castillo. A la par los Diablos Rojos del México contaban con Jasson Atondo como titular en 2023, pero a los Olmecas se les ocurrió llevarlo a sus filas, y junto con Jesse Castillo se fue a Tabasco. No se puede responsabilizar a la directiva algodonera de la salida de Jesse Castillo, la situación que hizo mucho ruido y provocó una gran inconformidad, fue haber asegurado unos días antes, que el jugador cachanilla seguiría con el Unión Laguna; este hecho ha afectado la credibilidad del equipo ante sus seguidores, y solo se volverá a la normalidad en la medida que se anuncien verdaderos refuerzos para este 2023.

Los buenos y verdaderos aficionados que siguen a los Algodoneros, coinciden en que de cara a la temporada 2022, al equipo le faltaba un cuarto bate, por lo que usted guste y mande ese jugador no llegó, por lo que la producción de carreras se cargó en Nick Torres y Jesse Castillo, quienes traían compañeros al pentágono a la hora buena, cuando era necesario para ganar juegos, a diferencia de Yangervis Solarte, que solía hacerlo con juegos ya decididos, a favor o en contra. De Jhoan Ureña, Erick Aybar y Pedro Florimón, no vale la pena hablar. Todas estas decisiones, de traer a jugadores caros que nada aportaron, han representado hechos muy dolorosos, pero si de eso se aprende, entonces se van a transformar en experiencias sumamente valiosas, cuando exista la intención de corregir. 

Hay aficionados que cuestionan si Jesse Castillo regresará en 2024, y la realidad es que no, sencillamente porque Tabasco pagó buen dinero por los derechos del jugador; ahora habrá que esperar la actuación de Jesse con Olmecas en 2023; si su desempeño es bueno como en Algodoneros, el coraje de los aficionados será mayúsculo, pero si Castillo tiene una caída en su rendimiento, entonces todo estará tranquilo, porque se dirá que se fue un veterano ya con muy poca cuerda. Sí, se han cometido errores dolorosos y de ellos hay que aprender; hoy el tema Jesse Castillo es el que ocupa, él ya se fue y el deseo ahora es suplirlo, conscientes de que también se requiere ese cuarto bate, y dos abridores de calidad, verdaderos refuerzos top, como los quiere el presidente, ¿su equipo de trabajo o asesores serán capaces de conseguirlos?

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