Hoy en día es muy común escuchar la expresión "yo no me bajo de este barco", la utilizan seguidores de los Algodoneros de Unión Laguna, que están de acuerdo con todo, aunque las cosas se hagan mal. Hace unos días el equipo estaba en un tobogán, iba en caída libre, entró en una severa crisis y fue necesario tomar decisiones drásticas, quienes se tenían que ir se fueron, por los motivos que sea.
Los aficionados que conocen de beisbol y analizan detalladamente lo que sucede en el equipo, manifiestan sus puntos de visita, critican el trabajo de la directiva, el cuerpo técnico y jugadores, incluso hasta se atreven a decir lo que se debe hacer, pero el grupo que todo lo ve bien inmediatamente dice: "yo no me bajo de este barco"; quienes analizan y sí señalan, entonces sí se bajan del barco. Como si criticar fuera sinónimo de no apoyar.
El beisbol es un deporte muy complejo, no cualquiera lo entiende porque tiene un sinnúmero de reglas que de momento se aplican en el terreno de juego, sin que en la tribuna se sepa lo que pasa. Este Unión Laguna fue armado para ser campeón, o mínimo para llegar a la final de la Zona Norte, la inversión que se hizo supera en mucho a las de otros años, y es por eso que la ilusión de los aficionados es muy grande; la presencia temporal de Didi Gregorius aumentó la ilusión y la esperanza, pero después de la partida del holandés hubo algunos momentos muy difíciles y es cuando el público conocedor se manifiesta, pero lo hace después de analizar lo que sucede, lo que se hace bien y lo que se hace mal; ahí es cuando el otro tipo de aficionado afirma orgulloso que "no se baja de este barco".
Si para mantenerse "arriba del barco" es necesario ignorar y callar todo lo malo que sucede en torno a los Algodoneros, entonces en realidad el daño grande se lo hacen al equipo aquellos que "no se bajan del barco". Bajarse del barco es caer en la decepción absoluta y olvidarse por completo del equipo, dejar de ser su seguidor, eso sí es "bajarse del barco", y por su puesto que es válido. En 2022 la crisis llegó a lo máximo y Óscar Robles se tuvo que ir, con los resultados ya conocidos. En la presente temporada había quienes se tenían que ir y se fueron, con el resultado que hoy salta a la visita; ¿qué aún sobren cachuchas?, puede ser, pero esas decisiones ya vendrán después, hoy lo importante es que el equipo recuperó el ánimo, el entusiasmo regresó al grupo y para vencer a Algodoneros habrá que jugar excelente beisbol.
La exhibición que se dio en Monterrey, ya sin Didi Gregorius, fue de un beisbol agresivo, de mucha calidad y que hablaba de un serio aspirante al título; la siguiente serie se pierde en casa contra el equipo del peor récord de la liga, y después se fue a Durango a dar lástimas, lo que aprovechó Generales para completar la barrida; era evidente el problema grande que se vivía internamente y se tomó la decisión adecuada, el grupo se enteró de dicha medida y al día siguiente, en casa contra Aguascalientes, se ganó el segundo de la serie frente a Rieleros, para iniciar una racha de seis victorias consecutivas, hasta el primero de la serie en Puebla. La realidad en el equipo de José Molina, es que nada extraño sería si terminara como líder de la Zona Norte, porque hoy este equipo nada le pide a ninguno de los llamados "grandes".
Hoy se cuenta con una sólida rotación de abridores y se tiene un bullpen con mayor profundidad, al sumar a Josh Corrales y Miguel Vázquez, a los ya conocidos McIlraith, Torres, Ibarra, Leyva, Jewell y Peterson. Gallegos y Menéndez están para juegos ya decididos, a favor o en contra, mientras que a Fregozo hay que llevarlo con cuidado, porque no está listo, pero tiene excelentes condiciones. El manejo del pitcheo por parte de José Molina ha dado un giro positivo; ya no se aguanta tanto al abridor, el relevo entra cuando ya está listo y se ha respetado más la posición natural de cada jugador; el equipo está para ilusionar, aunque es claro que se va a perder, pero esas derrotas serán valiosas si se aprende de ellas; esperar a mañana para ver si este roster se fortalece aún más, sobre todo en la ofensiva.
Para el segundo de la serie, en Puebla ayer sábado, Jorge Sesma apareció en el jardín izquierdo, y Julián Escobedo en la banca, porque el lanzador de Pericos era zurdo, aunque a diferencia del mánager anterior, Edgar Robles sí estará en el jardín central, y es que el "Conejo" con su guante ha ganado juegos y no se le puede tener en la banca con un argumento tan pobre como el de que el lanzador contrario es zurdo. Este equipo está prácticamente en playoff, solo falta definir en qué lugar. Los aficionados que no se bajan del barco y aceptan todos los errores, ahí seguirán, en espera de que esa actitud apoye al equipo; los que analizan y critican con conocimiento serán finalmente los que estén mejor afianzados en el barco, porque como conocedores tendrán siempre un comentario en beneficio de la causa algodonera.
Claudio Martínezclaudiobeisbol58@gmail.com