La productividad en el trabajo se calcula dividiendo el Producto Interno Bruto entre el total de horas trabajadas. (ARCHIVO)
La respuesta es muy simple: la productividad es la cantidad de valor creado por cada hora trabajada. Probablemente usted sabe que la cantidad de trabajo que hace en un día es la medida de su productividad. En economía, la productividad es prácticamente lo mismo que la productividad en su trabajo. Pero para las empresas, así como para los países, la medición de la productividad es un poco más complejo.
Para un país, la productividad puede ser la diferencia entre muy buenos y no tan buenos estándares de vida. Para una empresa, la productividad puede determinar si la empresa puede el incremento de sueldo de sus empleados o incluso, si la empresa puede continuar en operación. Una operación estancada o contraída puede significar serios problemas para las personas, para las empresas y para las naciones.
A nivel de país, la productividad en el trabajo se calcula dividiendo el Producto Interno Bruto entre el total de horas trabajadas. Si el PIB de un país fuera $1 millón de millones y sus habitantes trabajaron 20 mil millones de horas para crear ese PIB la productividad en el trabajo, de ese país, sería $50 por hora. El aumento de la productividad es sumamente importante para los aumentos de sueldos y salarios y para el mejoramiento de los estándares de vida y además aumenta el poder de compra de los consumidores.
La Economía mide otros tipos de productividad. La productividad del capital, por ejemplo, se mide por los resultados del capital físico -bienes raíces, equipo e inventarios-, se usa para generar bienes y servicios. La productividad del capital y la productividad en el trabajo frecuentemente se consideran juntas como un indicador del estándar de vida de un país.
También existe el llamado "factor de productividad", es la porción de crecimiento que no se debe al crecimiento en el trabajo o en el capital, a este tipo de productividad también se le llama "crecimiento por innovación".En los países de Europa Occidental y de América, el desarrollo tecnológico no produjo el incremento esperado en la productividad que tuvo en el pasado. Pero los Estados Unidos la productividad aumento desde 1990 cuando algunos sectores -tecnología, ventas al menudeo y ventas al mayoreo- se aceleraron.
Para acelerar el crecimiento de la productividad, los lideres empresariales, los políticos y la sociedad en general, deben comprometerse para la transición digital, deben saber manejar bien los cambios económicos y sociales que trae la digitalización, incluyendo su impacto en el desplazamiento del trabajo.
El objetivo de la tecnología es ayudarnos a hacer todo de la mejor manera y con menos esfuerzo, esto significa en términos simples, darles a los consumidores más por menos y con ello, mejorar el bienestar social. Aumentar la innovación tecnológica significa aumentar la productividad. Esto es exactamente lo que pasó en 1990 cuando la revolución tecnológica en las comunicaciones y en la información prendieron la chispa de la productividad. Pero desafortunadamente este no ha sido el caso de los países latinoamericanos.
Aunque avanzando lentamente, la tecnología ha producido aumentos muy bajos en productividad. Lo anterior se debe principalmente a barreras en la adopción de la digitalización, costos de transición y retrasos en las empresas para prepararse y adoptar las nuevas tecnologías. El aumento de la productividad viene asociado con las oportunidades digitales emergentes y ello requiere difusión digital. El crecimiento también depende del capital humano, personas con las habilidades y el entrenamiento apropiado para la digitalización, la Inteligencia Artificial y las nuevas tecnologías en el trabajo
La productividad se estancó antes de aparecer la pandemia del COVID-19, la pandemia llegó acompañada de la más grande disrupción económica desde la segunda guerra mundial y agravó la baja en productividad. Las investigaciones indican que es posible acelerar la productividad anual cerca del 1% en los próximos años. Lo anterior representa más del doble del crecimiento antes de la pandemia. Lograr 1% de crecimiento anual en la productividad puede significar un aumento considerable en el PIB.
Sostener y aumentar la innovación puede aumentar la productividad. Las empresas se pueden enfocar en catalizar los cambios en su cadena de suministros y en sus ecosistemas -un ecosistema empresarial es un acuerdo de negocios con un propósito entre dos o más miembros para crear y compartir valor colectivo para un conjunto común de clientes-.
Los políticos pueden dar apoyo a estos esfuerzos mediante la aprobación de presupuestos para fomentar la innovación, la investigación directa y el desarrollo de inversiones y revisando y adaptando las políticas y reglas de competencia y aprobando estímulos fiscales.
Asegurar las acciones para apoyar el aumento de la productividad también se reflejan en el empleo, en los sueldos y salarios y en la demanda. La actualización de habilidades y el desarrollo de nuevas habilidades para los empleados fomenta que ellos puedan acceder a trabajos de más valor. El gobierno puede apoyar el aumento de la productividad estableciendo reglas para la emisión de carbón y para la vivienda accesible y autorizando la inversión directa en infraestructura y desarrollo de habilidades.
La coordinación de los esfuerzos de empresarios, sociedad y gobierno es indispensable para aumentar la productividad y por ende el PIB. Pongamos manos a la obra.
Fuente de referencia: Jan Mischke, Jonathan Woetzel, Sven Smit. McKinsey & Co.
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