(EL SIGLO DE TORREÓN)
Recicló metal de viejas máquinas industriales, introdujo el material en hornos y, al rojo vivo, moldeó a martillazos imágenes provenientes de los sueños, visiones surrealistas cuyo diseño, conforme consolidaba su abstracción, cobraba voluntad propia. El escultor lagunero Salvador Montenegro Chibli acudirá el próximo martes 24 de enero, con sus obras a cuestas, al atrio principal de Plaza Cuatro Caminos, donde a las 19:00 horas inaugurará la muestra MetalEs Arte.
La exposición, según se indicó, también se tratará de un homenaje a una revista de corte regional. En entrevista, el escultor compartió que expondrá 25 y 30 piezas, todas ellas trabajadas en metal. Entre las figuras resaltan caballos, lobos, peces, cuyos relieves se construyen a partir de engranajes, resortes, varillas y otros elementos fabriles.
“Son muy surrealistas, porque unos peces tienen ruedas y en la cola tienen unas hélices, como si fueran motores. Esta obra mía ha estado inspirada en lo que llaman el ‘steampunk’, que es hacer arte con objetos reciclados que ya pertenecieron a una máquina”.
El título de MetalEs Arte confluye con la ideología y filosofía del autor. Salvador Montenegro Chibli es residente de lo onírico y artesano en la realidad. La muestra refleja en su metal los primeros 25 años de su evolución artística, como si se tratara de una biografía cincelada en superficies de hierro.
“Es algo que embarga a mi mente. La mayoría de esas piezas, son piezas que tuve con la influencia de sueños […] Tres o cuatro de la mañana y la emoción del sueño me despierta. Empiezo a hacer un dibujo, un dibujo sencillo en papel. Entonces llego a mi taller y empiezo a hacer bocetos con gis en una pizarra de hierro o de placa que tengo. O cuando la pieza es muy grande, en el piso de cemento hago el dibujo con gis. De ahí, cuando empiezo a trabajar el fierro al rojo vivo, empiezo a copiar el dibujo. Pero todo nace de un dibujo y me inspiran mucho los sueños, me inspira mucho la noche”.
El escultor se deja atrapar por la pieza, como si se tratara de un abrazo de metal. Dialoga con ella, le pone y quita piezas, negocia, y una vez llegado a un acuerdo, emplea la soldadura para concluir. Montenegro Chibli se sincera y confiesa que es la misma obra quien decide cuando debe parar de trabajarla.
“Siento que la misma pieza me habla y me dice ‘aquí es suficiente’. Ya no necesita más, porque sería demasiado; ya no hay que ponerle más. La misma pieza me lo va dando”.
La elaboración de las piezas que conformarán a MetalEs Arte, varía según la obra. El escultor puede tardar de semanas a meses, tan sólo con el objetivo de perfeccionar la imagen que pasa de su mente al material forjado. Los detalles son importantes, más para combinar el acto surrealista con el carácter salvaje que emite la fauna de sus esculturas.
“A mí todos los animales me encantan. Llevo lobos, una familia de búhos, que también me encantan. Llevo cerca de quince especies diferentes. Llevo cabezas de caballo, un potro de tamaño normal y la cabeza de un toro”.