Antier se vivió un evento cultural y social de gran calado, al presentarse el tenor italiano Andrea Bocelli en un escenario montado con toda la mano sobre el prado del hoyo uno Club Campestre Torreón, en una velada titulada Bajo las estrellas del desierto.
Poco antes de las 20:30 horas, músicos pertenecientes a la Orquesta Filarmónica del Desierto y a la Camerata de Coahuila aparecieron sobre el escenario, ante poco más de cinco mil laguneros que aguardaban a la expectativa. El director Eugene Khon tomó la batuta para inaugurar la noche. Así emergieron los acordes y notas del coro Toreador, perteneciente a la ópera Carmen (1875) del compositor francés Georges Bizet, donde se contó con la participación de la Compañía de Ópera de Saltillo.
Apareció Andrea Bocelli, recibido con aplausos inició su participación cantando el aria La donna è mobile, perteneciente a la ópera Rigoletto (1851), del compositor italiano Giuseppe Verdi.
Se contó con la presencia de la soprano María Aleida, quien en su primera intervención interpretó Me llaman la primorosa, de la zarzuela El barbero de Sevilla. Después, acompañó a Andrea Bocelli en piezas como Vicino a te s'acqueta, de Andrea Chénier.
La primera parte del concierto cerró con el aria Brindisi, de la ópera La traviata (1853), también de la autoría de Giuseppe Verdi.
NOCHE MARAVILLOSA
Tras veinte minutos de intermedio, el director Eugene Kohn subió al escenario para compartir unas palabras del maestro Bocelli, donde agradeció a los asistentes por una noche maravillosa. También reconoció la colaboración de la Orquesta Filarmónica del Desierto y los músicos de la Camerata de Coahuila. Así mismo invitó al maestro Natanael Espinoza para que dirigiera Adiós, Nonino de Ástor Piazzolla, mientras los bailarines Brittany O'Connor y Paul Barris mostraron al público su dote.
Bocelli entonó piezas en español como Amapola, de José María Lacalle y Granada, del compositor mexicano Agustín Lara. Otro gran invitado de la noche fue el flautista Andrea Griminelli, quien evocó las partituras de Elio Morricone, gracias a melodías como la banda sonora de El bueno, el malo y el feo.
Tocó el turno de la cantante mexicana Carolina Ross, quien tras su interpretación en solitario, acompañó al artista principal en la pieza Vivo por ella, cuyo primer acorde arrancó un suspiro y aplausos entre el público.
Durante el último trayecto del concierto, la aclamada Con te partirò fue entonada por el maestro y la soprano María Aleida. Al terminar, Eugene Khon presentó a la cantante coahuilense Susana Zabaleta, quien cantó Contigo en la distancia, luego hizo dueto y bailó junto a Andrea Bocelli la pieza Bésame mucho, de Consuelo Velázquez.
Por último, Bocelli reapareció en el escenario, para entregarse al aria Nessun dorma, de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini. Tras el esperado "vinceró".
Esto en lo que respecta a la crónica del espectáculo musical presentado. Pero la presencia de Bocelli en Torreón significó mucho más que eso. Naciente idea de un empresario lagunero quien se declara enamorado de su club, y dadas las circunstancias de la gira que el tenor italiano haría por las tres principales plazas del país como lo son la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, el tesón y espíritu lagunero encabezado por Antonio Safa -se le mencionó públicamente durante la gala- hicieron posible el acto que suscitó muchísimo esfuerzo, dedicación, profesionalismo. Y también ingentes cantidades de recursos económicos.
También el engranaje logrado entre este grupo de empresarios que en esta ocasión lideró Safa, con las autoridades estatales y municipales, en este caso con el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís y el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, fueron elementos facilitadores que con gran éxito se desarrollada tan particular concierto.
Debe decirse por supuesto que fue para los estándares de la región un suceso histórico, que atrajo además por la calidad de talla mundial del tenor italiano, por la convivencia social tan particular.
Un área de primer nivel montada en "fairway" del hoyo diez con restaurantes que ni siquiera operan en la Comarca, redondearon el acto que también tuvo mucho de aspiracional, los precios que se tuvieron que pagar por estar allí fueron claramente considerables.
Sin embargo, se debe celebrar por todo lo alto que esto haya sucedido en Torreón. La vara estaba muy alta y se cruzó perfectamente. Se movilizó la economía y hubo derrama que genera prosperidad. Se engrandeció el nombre de la ciudad, del Estado y de los laguneros. Felicitación para los organizadores, felicitación para los laguneros.