Familiares de los tripulantes de barcos desaparecidos tras el impacto del huracán Otis hace casi un mes, esperaron siete horas para que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, los atendiera, pero eso no ocurrió.
Desde las 6:00 horas, unas 50 personas, entre familiares y amigos de unos 15 tripulantes desaparecidos, llegaron a las instalaciones de la Décima Segunda Región Naval de la Secretaría de Marina, en Acapulco.
En las instalaciones, el presidente López Obrador, con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el gabinete de seguridad, encabezó la reunión de seguridad. Después efectuó la mañanera.
Los manifestantes denunciaron que la Marina no está buscando a sus familiares en la profundidad del mar ni en altamar, exigieron que dejen de buscar en las orillas y que utilicen todas las naves disponibles.
Enrique Andrade Rodríguez, hermano de Abigail, tripulante desaparecida del yate Litos, explicó que de acuerdo con las investigaciones que han realizado, la embarcación pudo haber sido jalada por la corriente hacia altamar. Además, según la información que han recabado, en el yate no está la lancha de emergencia.
"Se están metiendo a 15 metros de profundidad, eso lo hace mi sobrino, si ellos no pueden o no quieren, que pidan ayuda internacional, que vengan de otros países a buscar a nuestros familiares", dijo Saúl Parra Morales, hermano de Fernando Parra Morales, tripulante del yate Litos.
En el poblado de Ejido Viejo no salen del asombro por los daños que les dejó el huracán "Otis".
Del impacto ya pasó un mes, pero en Ejido Viejo aún quedan rastros muy tangibles del huracán.
Las calles permanecen llenas de tierra, unos 50 o 70 centímetros por arriba del nivel de la calle; los carros arrastrados se ven aún en calidad de chatarra.
La mayoría de los vecinos han emprendido una lucha incansable contra el lodo. Sacan y sacan lodo de las casas y a un mes no terminan.
Por ejemplo, en el centro de salud no han terminado, pero el médico y las dos enfermeras decidieron reiniciar el servicio.
En el Centro de Salud casi todo fue pérdida, el agua y el lodo subieron hasta casi un metro. Sin embargo, como se pudo, durante este mes dieron la atención porque la demanda aumentó.
El médico Óskar Isaías Layna Vega explica que en las últimas semanas han registrado cinco casos de dengue clásico. Lo que más ha tratado, dice, son lesiones por cortadas, sobre todo por las láminas que se desprendieron de los techos. El dato dibuja la demanda: han aplicado 300 dosis de vacunas de tétanos.
Precisa que en estos días también ha atendido infecciones estomacales, respiratorias, diarrea y vómito.