(ALE MORALES)
El siete de abril del 2023 nació un guerrero.
Lo esperaba desde hace tiempo. No pudo llegar antes por cuestiones que no entiendo desde la razón, pero sí alcanza a descifrar mi corazón. Así lo siento: este momento, el ahora, es perfecto. Percibo que todo se armonizó para que aterrizara en un campo ameno.
Tanto esperé por ese guerrero que cuando lo vi a los ojos me desarmé. Me descubrí otra que no era, pero que anhelaba ser.
Pero...ahora me dirijo a ti que tienes algo de mí para escribirte que tu llegada, claro, me resultó poética. Si encuentro poesía en lugares insospechados y en apariencia rutinarios, como no verla tan evidente e iluminada el día que arribaste a la Tierra.
Te nombraron Román y pensé: “sí, es un guerrero”. Te imaginé y quise inventar un lenguaje virgen donde todas las palabras las pudiera estrenar contigo. Tener nuestro idioma, algo tuyo y mío. Sobre todo para expresarte con fidelidad mi sentir ante tu arribo.
Fue así que pensé en que hay infinidad de canciones de cuna que nombran lo que intento decirte, por ejemplo, una canción que el autor Edel Juárez le escribió a su hija se acerca un poco a lo que siento desde que sé que existes: “Traigo un huracán domesticado en la mochila, Semillas suficientes para un huerto de canicas, Traigo un pez globo inflado y con cuerdita, una caja de crayones, Una luciérnaga encendida. Traigo amaneceres en las manos,/ Todos tibios, dulces y coloreados, un alma en caramelo/ Y un corazón portarretratos/ Tengo en el cajón desde hace tiempo la capa de súper man por si un día se necesita,/ Un atado de piratas que te cuidarían si falto/ Y un tigre pa’ que cante lo que yo no sé decirte,/ Tengo mil historias nuevas,/ Una ventana de ojos claros,/ Tengo un ciento de palabras para decir que te amo/ Y también tengo un hueco en mi libreta que estoy segura rellenarán tus años./ Tengo de otra vida las historias que se borran,/ Repletos los bolsillos de recuerdos que contarte”.
Las canciones de cuna son escritas para que los padres tengan un primer canal de comunicación con sus hijos recién nacidos.
La poeta chilena Gabriela Mistral, premio nobel de literatura, también, como otros tantos, registran obra en torno a esos sentimientos que los padres descubren por sus hijos. Son, entonces, las canciones de cuna, susurros para explicarles el mundo a los que recién llegan, para ayudarlos a que en medio de esa confusión, por ya no estar en el vientre de su madre, pesquen el sueño profundo.
Las nuevas vidas son inspiraciones de esas letras. Román, sobrino querido, tú me inspiras, pero más que una canción, yo quiero regalarte un poema de cuna. Pensé: Tú que recién llegas no puedes andar desamparado poéticamente hablando. No te preocupes, aquí está tu tía para proveerte de abrazos y versos.
Creo fielmente que un poema nunca está de más, y este es para ti Román. Entérate: es un regalo para la eternidad:
“Tu anuncio fue un estruendo armonioso/, un golpe certero de esperanza,/ Yo nunca quise dejar la infancia/ así que puedo volver a ser niña a tu lado, /imaginar mundos y trotarlos./ ser amigos, ser aliados/ explicarte palabras mientras descubres de qué color es mi alma./ Tengo reservas de amor guardadas/ sueños sin cumplir,un amor no experimentado. / Soy de ti/ como de nadie más/ mi corazón llegaste a colorear a transformar mi rutina/ cada mañana pienso en ti, en tu encanto/ en que quiero verte crecer y liberarte del espanto/ Militante de tu sonrisa me declaro/ tan diminuto pero tan cercano/ el otro día sentí tu corazón apretado al mío/ es la sangre cuando llama/ tu papá, antes, fue mi mejor amigo/ ahora eres él y eres yo, eres todos nosotros/ Román, sé un guerrero osado/ seré tu escudo/ no temas/ tú no eres del mundo/ el mundo es tuyo”.
Querido lector, después de compartir la alegría que ostento desde que Román llegó a mi vida, también a usted lo aliento a que si en su familia pronto se avecina un nacimiento, escriba para ese nuevo ser humano un poema de cuna, y ampárelo con un verso. Le aseguro que todos, en algún momento, necesitamos un respaldo poético.
Y si no hay nuevos alumbramientos en su esfera, no importa, escriba querido lector y ayúdeme a mantener viva a la poesía, porque ya lo sabe, y sino, se lo reitero: todos podemos contribuir con un verso.