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Más de un centenar de trabajadores agrícolas de Florida se han embarcado en una marcha de cinco días y 80 kilómetros de trayecto para demandar el fin de la esclavitud moderna y el acoso sexual en los cultivos de Estados Unidos, que son aún "el pan de cada día", como dijeron sus organizadores.
La pequeña localidad de Pahokeee, en el sur de Florida y donde en 2015 se descubrió un caso de inmigrantes víctimas de trabajos forzados, fue el pasado martes el punto de partida de esta marcha organizada por la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés).
La marcha culminará mañana sábado en Palm Beach, una ciudad de cara al Atlántico que alberga a las familias más pudientes del país, como señala CIW.
Allí los trabajadores harán una manifestación que contará con la participación de la congresista por Florida Lois Frankel y la activista por los derechos humanos Kerry Kennedy.
"Queremos la eliminación de esclavitud moderna en nuestro sistema de producción de comida", aseveró el mexicano Lucas Benítez, miembro fundador de CIW.