Un tratamiento integral para el dolor
El dolor no sólo es molesto, sino que puede imposibilitar el movimiento o decir algo de los padecimientos. Por esa razón, los especialistas de diferentes disciplinas trabajan para disminuir en lo posible el dolor, ya sea para que el paciente se reintegre a su vida cotidiana o darle una mayor dignidad, cuando no sea posible regresar la salud.
Primero, una definición
De acuerdo a la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, es “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrito en términos de tal daño”.
Por tanto, el dolor es una alarma del cuerpo que nos dice que algo no está bien. El Instituto Nacional de Trastornos y Accidentes Cardiovasculares distingue dos tipos de dolor. El agudo y el crónico:
El agudo es aquel que es consecuencia de una enfermedad, lesión o inflamación. Suele aparecer de manera abrupta, y suele desaparecer con el tiempo. En raras ocasiones, el dolor agudo puede pasar al segundo tipo, que es el crónico.
El dolor crónico, siguiendo a la institución antes citada, es considerado como el “representante mismo de la enfermedad”. Su sensación puede aumentar por diversos factores, como ambientales o psicológicos, y suele ser persistente.
Prevención
No es un secreto que, para todos los especialistas de las ciencias de la salud, la prevención debe ser el primer paso. De esta manera, con buenos hábitos, se pueden evitar padecimientos.
Los estilos de vida varían, pero existen hábitos, como los alimenticios, que pueden prevenir varios padecimientos. Al ser la actividad física un hábito que busca impulsarse en todas las personas, llevar un entrenamiento adecuado a cada necesidad, así como su respectivo calentamiento, es ideal para no tener problemas que después necesiten solucionarse.
Hacer caso al cuerpo
El dolor es una señal que manda el cuerpo para indicar que algo no está bien. Es necesario interpretarlo correctamente, ver cuánto dura y conocer si tiene algún origen que puede ser de cuidado.
Cuando se hace ejercicio, por ejemplo, es normal que la tensión de los músculos provoque una leve molestia. Éste debe desaparecer con el reposo. Si no cede, es momento de acudir con un médico, puede ser general o especialista, para detectar cuál es el problema.
De igual manera, cuando este ejercicio sobrepasa la recreación y forma parte ya de la rutina de la persona, una rutina que le demanda una mayor exigencia, los fiosterapeutas son aliados indiscutibles. Aún cuando en ocasiones no lo parezca, el estrés al que fue sometido el cuerpo durante una carrera, puede generar molestias o lesiones, sino se les trata de manera preventiva u oportuna.
Ante cualquier molestia, ir con un médico especialista, con todas sus certificaciones en orden, debe ser siempre la primera opción.
Cuidados paliativos
Hay ocasiones en que la solución no es curar una enfermedad, sino quitar el dolor. Llevar una vida sin padecerlos, o que estén reducidos al mínimo posible, también forma parte de una existencia digna. Por esa razón existe la conocidos como cuidados paliativos, que son, de manera resumida, el conjunto de procedimientos y técnicas destinadas a reducir el dolor.
De acuerdo a la American Cancer Society, existen son aquellos que tienen “enfoque especial en el cuidado de las personas que tienen enfermedades graves, como cáncer. Los cuidados paliativos se concentran en mejorar la calidad de la vida ayudando a pacientes y cuidadores a tratar los síntomas de enfermedades graves y los efectos secundarios de los tratamientos. Están diseñados para que el equipo de atención médica ayude a las personas que padecen una enfermedad grave a vivir tan bien como sea posible por tanto tiempo como puedan”.
Por un enfoque integral
Las terapias alternativas suelen ser de utilidad para dar un tratamiento integral al dolor. Si bien su función, en muchos casos, no es capaz de devolver por sí misma la salud de la persona, sí puede aliviar el dolor durante periodos de distinta duración.
De acuerdo al artículo científico “Uso de terapias alternativas, desafío actual en el manejo del dolor”, son muchos los tratamientos que pueden considerarse como tratamiento alternativo, y van desde prácticas médicas al uso de medicamentos.
Éstas, además, no siempre son consideradas por la práctica médica tradicional, pero hay especialistas que recomiendan usarlas a la par, de acuerdo al tipo de enfermedad que tenga el paciente. Algunas de las que ha registrado que se han utilizado para personas con cáncer van desde los masajes a la meditación, puesto que le ayudan al paciente a afrontar su situación de mejor manera, sin tomar más medicamentos.
Sin embargo, se hace énfasis en que estos tratamientos no suplen, sino que acompañan a lo recomendado por el médico especialista.
LUD
¿Dolor de cuerpo?
Cuando el cuerpo tiene dolores persistentes o recurrentes, hay varios especialistas que se pueden visitar. Todo depende de dónde se localice la sensación de dolor.
El traumatólogo es quien se encarga de las patologías osteomusculares. Es decir, de hueso, músculo, tendones y ligamentos. Cuando hay fracturas, roturas fibrales que aparecen por la actividad diaria o por practicar por un deporte.
Los fisioterapeutas auxilian a las personas que tienen problemas en la movilidad, que puede deberse a una lesión, condición o por la propia vejez.
El reumatólogos suelen ver las articulaciones, aunque no realizan cirugías
¿Dolor de estómago?
Cuando el sistema digestivo presenta problemas, el gastroenterólogo es el especialista que puede entrar en acción. El sistema digestivo comprende el esófago, estómago, intestino delgado y grueso, recto, ano, además de páncreas, hígado, vesícula y conductos biliares.
La labor del nutriólogo, por su parte, puede ayudar a restablecer. Además, una buena alimentación ayuda a prevenir diversos malestares en el estómago.