Los ministros de Alemania y Francia encargados de regular la migración están uniendo fuerzas para tratar de frenar las muertes en rutas peligrosas a través del mar Mediterráneo, y el domingo viajaron a Túnez para conversar con el presidente y funcionarios de este importante trampolín del norte de África para los inmigrantes que intentan llegar a Europa pese a los riesgos.
El viaje de dos días de los ministros del Interior de Alemania y Francia, Nancy Faeser y Gérald Darmanin, sigue al peor naufragio de migrantes en años en el Mediterráneo.
Se presume que más de 500 inmigrantes que zarparon de Libia se ahogaron en el hundimiento del miércoles frente a la costa sur de Grecia, lo que renovó las críticas al fracaso de Europa para prevenir las tragedias.
La agencia de migración de la ONU dijo que podría ser el segundo naufragio de migrantes más mortífero registrado, después del de abril de 2015, cuando un barco que iba de Libia a Italia se hundió y murieron unas 1.100 personas.
En los primeros tres meses de este año, las autoridades tunecinas interceptaron a 13.000 personas en botes frente a la ciudad portuaria de Sfax, en el este de Túnez, una ruta clave hacia Europa para los africanos subsaharianos, que no necesitan visa para viajar a Túnez.