¿Cómo nos defendemos de una amenaza o afrontamos una dificultad?
El organismo responde en forma natural y espontánea con ansiedad.
Al superar el umbral de activación, es decir, al desbordar, la ansiedad se transforma en una reacción patológica. Entonces nos enfermamos, impregnándonos de sentimientos de angustia.
Al imaginar el futuro nos anticipamos. Habitualmente suelen acudir como moscas, pensamientos e imágenes negativas, cuando ello ocurre comenzamos a construir "la profecía autocumplida". El guion se hace acto. Esas escenas cobran vida.
La ansiedad es un estado de tensión, tiene dos contendientes batiéndose a duelo constante, uno es el ahora, el presente, el otro es el mañana, el futuro.
¿QUÉ HACER?
Podemos usar el interruptor, cuando ingresamos en la espiral ascendente de escenas temidas. Siempre hay una llave, una palanca que podemos desactivar. Respirando, parándonos en otro sitio, observando otras cosas, usando otras palabras.
Las aves carroñeras cobran la forma de pensamientos y sobrevuelan el banquete de nuestros miedos.
Cada pensamiento conlleva una emoción. Desactivarlos permite salir del estado de confusión. En ocasiones, no es sencillo dejar de pensar en algo, eso, acude en forma compulsiva. Quizá podemos dejar que ellos sigan volando en círculos dentro de nuestra cabeza, y transformarnos en observadores, sobrevolarlos a ellos por encima.
Desmontar el escenario es transformarnos en espectadores. La ansiedad nos obliga a vivir las consecuencias cuando todavía no han ocurrido los hechos. Es sufrir por adelantado.
Louise Bourgeois escribió: "En un momento me sentí acosada por la ansiedad. Pero me deshice del miedo estudiando el cielo, determinando cuándo saldría la luna y dónde aparcería el sol por la mañana".
Te invitamos a seguir nuestras redes sociales en Facebook como vibremospositivo, en instagram como @jorge_lpz, @vibremos_positivo2020 y @claudiopenso, escríbenos a jorge@squadracr.com
