Hay quien cree que todo en el universo es una metáfora. Algo de lo que podemos aprender, ya que en una pequeña célula está el todo contenido y descripto.
¿Qué podemos aprender de una partícula elemental?
Ellas son los constituyentes elementales de la materia, no están formadas por partículas más pequeñas ni se conoce hasta ahora que tengan estructura interna.
La física cuántica ha demostrado que mientras no se esté observando, midiendo o interactuando con una partícula elemental, el estado en que se encuentra es una superposición de todos sus estados posibles. Sin embargo, al ser observada, medida o expuesta a alguna forma de interacción, el estado de superposición se resuelve. Se define en uno de sus estados posibles. Actúa simulando un juego, en el que, si se ve descubierta de alguna manera, intenta esconderse.
También se comprobó que cuando se genera interacción entre dos partículas subatómicas y alcanzan el mismo estado, se mantendrán unidas energéticamente, al margen de la distancia en las que puedan ser puestas. Incluso, una vez separadas, al observar o medir a una de ellas, dicha partícula elegirá su propio estado y su gemela siempre elegirá un estado complementario al de su compañera.
¿UNA FORMA DE PROTECCIÓN?
Igual que las partículas elementales, los seres humanos contienen todos los estados en su ser. Cuando ponemos atención, intención sobre una persona, esta se define, a través de la conducta. En las interacciones con otros, el estado de uno condiciona al otro más allá de la cercanía.
Esta maravillosa forma de interconexión sólo reafirma que somos una parte muy pequeña, interactuando más allá de nuestras fronteras. La humanidad es probablemente una humana-unidad, de la que somos apenas un eslabón, aunque decisivo.
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