Estamos en pleno verano, con el calorón a todo lo que da, y se vienen días peores porque agosto siempre llega con solazo. Muchas personas tenemos el privilegio de poder sortear la temporada con nuestro aire en casa y hasta con chapuzón en alguna alberquita de vez en cuando y aun así hay días que sentimos que ya no aguantamos.
Quienes menstruamos podemos contarles a quienes no, que en estos meses cálidos los días del periodo parecen interminables, las toallas sanitarias al contener plástico en su composición son incómodas, y calurosas y el flujo se siente peor que de costumbre. Pero en esto también somos afortunadas quienes podemos cambiarnos varias veces en el día para traer una toallita limpia y fresca u optar por alguna otra alternativa como los tampones o copas y quienes -aquí entre nos- hasta nos bañamos mas de una vez al día.
Pero, ¿te has puesto a pensar en quienes no tienen acceso a productos menstruales, de higiene, a agua o a baños en estos días de calor? Niñas y adolescentes que van a la escuela con una sola toalla, o que no cuentan con ninguna y prefieren faltar; mujeres teniendo que trabajar en esas condiciones, personas en situación de calle que no han podido bañarse en un largo tiempo, entre muchos otros ejemplos.
Se trata de un problema en el que no solemos pensar, pero que ahí está, que ahí siempre ha estado pero del que no hablamos por falta de información, porque nos parece desagradable o porque estamos ciclados en nuestros propios rollos personales que nos alejan de la empatía.
Este espacio es para provocarles hacer algo. Una acción simple que puede aligerar los días de alguien que lo esté pasando mal en esta caliente temporada: encuentra en casa una bolsa, mochila o morral en buen estado que ya no uses, pon en ella un paquete de toallas sanitarias o tampones, un paquete de toallitas húmedas y una botella de agua. Puedes agregar otros productos de higiene nuevos que tengas en casa como jabón o pasta y cepillo dental y alguna otra bebida o fruta refrescante. Si tienes carro trae la bolsa bajo el asiento o en algún lugar donde no se caliente demasiado y entrégala a alguna mujer en situación de calle. Puedes organizar a tus amigos y amigas y si juntas varias bolsas puedes llevarlas todas juntas a alguna casa de paso de migrantes o de refugio (en san Google puedes encontrar la que les queda más cerca).
El chiste es hacer algo. Salirnos del activismo de redes sociales de sólo postear indignación o tristeza desde nuestros celulares. Sin duda las acciones chiquitas no son la solución completa, pero por lo pronto estaremos saliéndonos de la comodidad que brinda la apatía y le cambiaremos a alguien como vivir su menstruación aunque sea por un sólo periodo.
Desde Fundación Femmex, les deseamos mucha frescura y que el verano les de la oportunidad de ser cálidas y cálidos con alguien de su alrededor. Acepten el reto y nos cuentan como les fue.
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