¿Te has encontrado irritable, triste o al borde de las lágrimas al ver las noticias últimamente? Si es así, no estás solo, esta última semana ha sido una de las más difíciles que he vivido, y la verdad es que cada que tengo la oportunidad de platicar con alguien o de leer algo que cualquiera de mis amigos haya escrito en estos últimos días, llego a la conclusión de que no estoy sola, todos estamos igual. Puede ser que el clima y las nubes tampoco ayuden de mucho porque todo se ve gris, todo se ve triste y todo se ve sin vida, sin chiste.
Y es que no se puede no pensar en todo lo que está viviendo el mundo, como borrar de tu mente y de tu memoria las imágenes que ya viste, no tenemos un botón de reset, que con picarlo mágicamente borre de tus pensamientos esas imágenes tan fuertes que hemos visto esta última semana, sé que soy una persona sensible pero la maldad que nos tocó ver esta semana es algo que ni la persona más fuerte puede soportar sin que se le salga por lo menos una lágrima.
Me considero una persona muy empática, más de lo normal, y es por eso que cualquier suceso me pega más fuerte de lo que le pegaría a otras personas, soy de esas que cierra los ojos para verme a mí misma sufrir el sufrimiento ajeno, y la verdad es que en la mayoría de los casos esto es algo bueno porque me permite poder ayudar a mucha gente poniéndome en sus zapatos, pero hay veces que esta misma empatía me hace no querer salir ni de mi casa del sufrimiento que puedo llegar a sentir y es ahí cuando esta cualidad, porque yo considero a la empatía como una cualidad increíble que no todo mundo tiene, se convierte en un enemigo para mi salud mental.
Experimentar empatía tiene sus beneficios, pero también muchos inconvenientes, por lo que los que la tenemos sobreexplotada debemos aprender a practicar una empatía saludable.
Entendemos a la empatía como la capacidad de sincronizarse emocional y cognitivamente con otra persona, es decir, tenemos la capacidad de percibir el mundo desde su perspectiva o compartir sus experiencias emocionales. Tener empatía es esencial para construir y mantener relaciones, ya que nos ayuda a conectarnos con los demás a un nivel más profundo.
Ser empático hasta el punto de llegar a experimentar dolor al ver a otra persona sufriendo, o experimentar angustia al ver a alguien en apuros, es horrible, se los digo por experiencia, y es que eso nos sucede a muchas personas cuando vemos noticias inquietantes en la televisión o en redes sociales, especialmente cuando se relacionan con ciertas personas o cuando de alguna u otra manera nos sentimos identificados con lo que están viviendo, y es que algo que nadie nos dice cuando nos inculcan ser empáticos desde niños, es que cuando tienes demasiada empatía y ves sufrir a otras personas puede ser muy angustiante, e incluso nos puede llevar a presentar problemas de salud mental.
Demasiada empatía hacia los demás, especialmente cuando priorizamos sus emociones sobre las nuestras, puede derivar en experiencias de ansiedad y depresión, lo que explica por qué muchos de nosotros nos sentimos tan mal cuando vemos noticias sobre la guerra.
El impacto de la empatía al ver las noticias es tanto psicológico como fisiológico ya que, en algunas circunstancias, puede resultar en lo que algunos denominan "fatiga por compasión", seguro nunca habían escuchado este término, pero les puedo jurar que todos estamos experimentando esta cosa en estos momentos.
El agotamiento experimentado por la empatía excesiva o fatiga por compasión hace que nos sintamos tristes, cabizbajos, no le veamos sentido a nada, etcétera, pero esto puede solucionarse si lo hacemos consiente y desarrollamos más compasión, ya que la compasión si nos deja actuar y no nos paraliza a diferencia de lo que pasa cuando experimentamos exceso de empatía.
La empatía por el dolor de otra persona activa áreas del cerebro asociadas con emociones negativas, sentimos el dolor de la otra persona, nos enredamos en la angustia y nos resulta difícil calmar nuestras emociones, queremos despersonalizarnos, adormecernos y mirar hacia otro lado.
La compasión está ligada con la actividad en áreas del cerebro asociadas con emociones y acciones positivas, es decir, la compasión es la empatía acompañada de acción para aliviar el dolor de otra persona y es cuando tenemos la sensación de querer ayudar.
Porque no mejor en lugar de sumirnos en lo más oscuro que tienen nuestras mentes, mejor nos enfocamos en cosas positivas por medio de las cuales mandemos luz y energía positiva tanto a nuestras propias mentes como a aquellos que más lo necesitan; practiquemos una meditación, intentemos ser amables con nosotros mismos y busquemos la mejor manera de ayudar, siempre hay algo que podamos hacer aunque estemos lejos y que este dentro de nuestras posibilidades tales como rezos, donaciones, campañas de ayuda etc. Dejemos de navegar continuamente en internet leyendo contenido deprimente o preocupante en redes sociales no veamos tantas noticias, pero más que nada veamos solamente noticias de medios confiables y que no sean amarillistas.
Estar sobreexpuesto a la información que se comparte en redes no es útil, generalmente está lleno de fake news y solo afecta tu estado de ánimo y causa demasiado estrés. Te podría decir que trates de evitar ver las noticias por completo, sin embargo, no es algo realista, lo que sí podemos hacer es estar pendiente de la cantidad y de la calidad de noticias que consumimos.
Y por último busquemos contenido que nos haga sonreír, historias de bondad o simplemente contenido que no tenga nada que ver con lo que está sucediendo del otro lado del mundo y sobre todo tenemos que estar conscientes que al buscar contenido que no nos lleve al colapso de nuestra salud mental no quiere decir que vamos a dejar de preocuparnos por las cosas importantes.
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