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COLUMNA

1994

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Nos guste o no, los aniversarios son necesarios. Recuerdos que la memoria regresa. 1994 fue un año volcánico, de sobresaltos y tragedias. No salíamos de una, cuando ya estábamos en otra. Como montaña rusa, los sucesos se juntaron, uno tras otro. En México, nos fuimos a dormir con el sueño del "primer mundo"por el Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos, pero nos despertamos con la cruda realidad. El primero de enero sucedióel levantamiento de los encapuchados bajo el nombre Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Su vocero, el subcomandante Marcos, expresó elocuentes discursos para la causa. Pronto los zapatistas dieron la vuelta al mundo, al mismo tiempo que visibilizaron el olvido del sur. Desde la selva lacandona, dijeron basta y llamaron a la guerra. Cuando uno de los peores presidentes, Carlos Salinas de Gortari, los descalificó y enseguida les echó al ejército, se mantuvieron firmes y contestaron: ¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De habernos levantado en armas cuando encontramos todos los otros caminos cerrados?Treinta años después, la respuesta continúa vigente.

No obstante, a penas era enero y lo peor estaba por venir. Como una bocanada de aire fresco, pero también de ruptura, Luis Donaldo Colosio, candidato del oficialismo a la presidencia de la República, por entonces PRI,pronunció su famoso discurso el 6 de marzo en el monumento a la Revolución. "Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso (...) yo veo un México con hambre y sed de justicia". Diecisiete días después, el 23 de marzo de 1994, Mario Aburto, el "caballero águila", asesinó a Colosio en Lomas Taurinas, un barrio de la ciudad de Tijuana. De fondo, se escucha La Culebra de la Banda Machos. De milagro no satanizaron al grupo. Mientras tanto, el gobernador Manlio Fabio Beltrones reacciona rápido y se apersona a interrogar al asesino. ¿De qué hablaron? Sólo ellos lo saben.

Todavía recuerdo aquél fatídico día con desconcierto y tristeza. En sustitución, llegó Ernesto Zedillo, quien fue destrozado en el debate de candidatos, por Diego Fernández de Ceballos. Aunque el panista creció, enseguida casi desapareció de la contienda, y ganó el voto del miedo. Sin embargo, la Cosa Nostra en el PRI no terminó ahí. El 28 de septiembre,José Francisco Ruiz Massieu, excuñado del presidente Salinas, y secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, tambiénfueasesinado. Por esos días, lo demonios andan sueltos, y sin embargo, el malestar no terminó ahí, sino se guardó para el final de sexenio con una brutal quiebra de la economía. El presidente economista, Carlos Salinas de Gortari, dejó una bomba al presidente entrante, también economista. El país pendía de alfileres y sólo era cuestión de tiempo para el estallido. Los altos expertos en economía, traían un déficit en la balanza de pagos, niveles bajos de reservas y un tipo de cambio a discreción del gobierno, que devaluó la moneda frente al dólar, casi 300 por ciento, lo cual desató una hecatombe económica. La crisis provocó fuga de capitales, alta inflación, aunado al incremento de las tasas de interés en Estados Unidos. La bomba estalló el 19 de diciembre, y aquel desastre, se pretendió justificar con el eufemismo: "el error de diciembre". En plena transición de gobierno, el ex presidente Salinas culpó al presidente en turno, como si las declaraciones lo eximieran de su responsabilidad. ¿Qué más podía pasar? Cual presagio, el volcán Popocatépetl, registró una fuerte erupción el 21 de diciembre, dispersando cenizas y gases a más de veinticincokilómetros de distancia. Sin lugar dudas, aquel terrible 94, fue un año para olvidar.

COLOFÓN FUTBOLÍSTICO.

En medio de aquel estado de cosas, la selección mexicana de fútbol, llegó a los octavos de final frente Bulgaria. El técnico Miguel Mejía Barón, se guardó los cambios. ¡Tenía a Hugo Sánchez en la banca! Terminó el partido y se fueron a penales. Mal augurio. Tras una andanada de fallas, Alberto García Aspe, Marcelino Bernal y Jorge Rodríguez, confirmaron que 1994, fue Annushorribilis.

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Escrito en: Carlos Castañón Cuadros Editorial Carlos Castañón Cuadros Civitas

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