Hablando del amor, ese sentimiento que al parecer mueve al mundo para promover el lado positivo de los sentimientos humanos, han aparecido tendencias ultramodernas que buscan modificar el principio básico de relación amorosa: el poliamor.
Se define como "una relación amorosa, de manera simultánea, de tres o más personas, con consentimiento y conocimiento de sus practicantes haciendo énfasis en la honestidad y transparencia".
Interesante como anulan los fundamentos sociales que han justificado a la pareja, desde el matrimonio hasta la formación de una familia tradicional. Buen tema como preludio del Día del Amor y la Amistad
Sabemos que promover el amor en los medios de comunicación moderna tiene la finalidad de vender, hacer consumir, hasta provocar el apetito sexual con mecanismos psicológicos del deseo. Los publicistas poco éticos confunden la verdadera felicidad, alimento espiritual. Simple: no es negocio
Indudablemente que el "amor mueve al mundo", aunque habrá que hacer mención de Octavio Paz, premio nobel mexicano, quien afirmó en su libro "Doble Llama": "el deseo es el antecedente necesario para que aparezca el sentimiento amoroso"; vale la pena darle pensamiento a tal afirmación, ya que la voluntad y la consecuente motivación y acción requieren del estímulo provocado por el apetito a desear, querer tener, poseer, hacer mío. Recordemos que la necesidad de ganar poder para prevalecer es instintivo y dominante, grabado en nuestra genética social.
Sin embargo, actualmente, el sentimiento amoroso está siendo suplido por la simple satisfacción del placer físico y, con ello, nos limitan las posibilidades de disfrutar los verdaderos momentos de sensaciones de plenitud y felicidad. Incluya la verdadera libertad para decidir qué, quién, cuándo y por qué.
El amor romántico requiere la atención a las tres esferas que nos constituyen: la física, lo social y la psicológica, pilares de la salud.
La verdadera sensación de felicidad sexual exige paz espiritual, bienestar corporal y seguridad de aceptación social; en contrario, refiere simplemente al placer físico, nada despreciable, pero sin comparación al verdadero, el integral, ese que llaman "orgasmo óntico", que se refiere a la visión humana en forma completa.
Es triste observar la confusión que se genera cuando el amor romántico y la expresión sexual del mismo es simplificado al simple placer físico y, de ello, hay manifestaciones de preocupación de filósofos y sociólogos, que se esfuerzan en preservar el verdadero sentido del humanismo.
Hay muchas interpretaciones sobre la expresión amatoria del coito o relación sexual profunda; ya en la década de 1970, Morning Glory Zell-Ravenheart, líder del movimiento hippie californiano, usó por primera vez la palabra "poliamor" en el texto "Un racimo de amantes".
Se trata de describir otras formas de actividad sexual, que intentan definirlas como amor; entre ellas: polifelicidad, poligamia, relación grupal, matrimonio grupal, relaciones ponderadas, relaciones poliamorosas, arreglos grupales y vida amorosa en tribus o clanes. En todas se rechaza el concepto integral -pisicofisiológico social- de responsabilidad individual.
Más allá de juzgar -no corresponde a esta entrega- la conducta y desempeño sexual de relación de las personas, la visión va hacia la correspondencia entre el amor, la felicidad y la responsabilidad; luego, Usted tome su decisión.
El sentimiento amoroso tiene funciones naturales específicas, no solo las reproductivas, incluya las afectivas y el alimento al ánima y/o espíritu. Es el medio para sentir y disfrutar de la compañía de otro, promueve la identificación entre dos y da seguridad, con fuerte ligación emocional.
La verdadera felicidad -filosofía- es aquella que se alcanza al satisfacer el sentimiento de haber sido responsable consigo mismo y con los demás; es la manifestación ético-moral que ayuda a mantener el orden social, que a su vez genera tranquilidad y sentimientos de seguridad, necesarios para poder ser felices; la responsabilidad se cumple cuando se hace lo que se debe y no lo que se quiere sin compromiso que, en el caso, se trasforma en libertinaje irresponsable.
Si le parece discriminatorio no se moleste conmigo, son bases de pensamiento filosófico que definen el respeto a sí mismo y a los demás, fundamento del gregarismo y la libertad individual.
En la modernidad y posmodernidad el sentimiento amoroso se ha desvirtuado para transformarlo en vehículo de consumo -no amas si no regalas- y para ello, como vehículo mercadotécnico se ha exaltado el apetito sexual. Para lo anterior, solamente revise cualquier material de publicidad que encuentre a la mano, o alcance a distinguir provocaciones mirando alrededor de donde se encuentre.
Aún con las influencias del materialismo utilitario, es bueno reconocer la trascendencia de amor romántico en la evolución y desarrollo del humano y sus organizaciones sociales; vale la pena señalar la importancia de amar, que justifica con mucho los sinsabores que llegan a generarse con su antítesis: sentimiento de desamor.
De cualquier manera, con el procesamiento emocional, yo prefiero vivir el amor "a la antigüita"… ¿y usted?
ydarwich@ual.mx