Candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Que dos mujeres estén en la contienda presidencial con amplias posibilidades de triunfar marca un hito en la lucha feminista en nuestro país que lleva a romper estereotipos, paradigmas y roles de género.
Mexicanas entrevistadas en todos los ámbitos, como las artes, profesionistas, activistas, amas de casa o empleadas, consideran que el triunfo de una mujer en la elección presidencial es un hecho histórico, pues demostrará que hay capacidad de ocupar un cargo de máxima responsabilidad sin ser sólo las ayudantes, las secretarias o las colaboradoras de varones.
Carmen Sánchez, quien tiene 39 años y es sobreviviente de un ataque con ácido, comparte a este diario que será un referente para las nuevas generaciones ver a una mujer presidenta de la nación.
“Nos da un mensaje poderoso a todas de que ya podemos aspirar a esos cargos, no tenemos que ser sólo las asistentes o las secretarias de los hombres en el poder, como antes, sino que ahora podemos estar al frente de un país enorme como lo es México”, afirma.
La expectativa de Sánchez con una mujer en el Poder Ejecutivo es la atención en los problemas de violencia contra las mujeres.
“Esperaría que mis hijas y todas las mujeres de este país podamos sentirnos seguras al salir a la calle, al denunciar una agresión”, señala. Frida Hyadi es hñähñu, tiene 28 años y es egresada de la carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública. Afirma que la participación de dos candidatas a la Presidencia de la República responde a todas las luchas feministas que han impulsado distintas mujeres a través de los años.
“Resulta esperanzador, pero, por otro lado, me preocupa que ninguna de las dos candidatas llegó a esos espacios con una trayectoria en la lucha feminista”, indica. Wendy Figueroa, de 47 años de edad, es directora de la Red Nacional de Refugios. Asegura que una presidenta de la República será el resultado del movimiento de mujeres y de la lucha feminista.
Considera que una mujer en un espacio de poder “no significa que tenga una mirada de derechos humanos”, pero quien llegue al poder “deberá renunciar a la alineación del patriarcado, poner al centro a la ciudadanía y principalmente los derechos de las mujeres y niñas, que son vulnerados en el país”.