Una de las primeras acciones será determinar qué proceso se requiere en cada pozo para reducir los niveles de arsénico en el agua.
El Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) Torreón, elabora el protocolo de acciones para cumplir la nueva norma que reduce los límites permisibles de arsénico en el agua que se distribuye a la población, aunque se prevé un panorama complejo para atender dichos parámetros internacionales, por el alto costo que va a representar.
Los proyectos con las medidas a seguir deberán ser aprobados por la Comisión Nacional del Agua y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), cuya instancia tendrá que determinar el tratamiento más adecuado para atender el límite de 10 microgramos de arsénico por litro, que entró en vigor desde el pasado día 3 de este mes."Implicará hacer un traje a la medida para cada pozo, con un costo variable según el tratamiento que se requiere y la calidad que se busque", dijo el gerente técnico del Simas Torreón, Raymundo Rodríguez de la Torre, al señalar que es un gran reto atender el tema, partiendo de que el 75 por ciento de los pozos están fuera de la nueva norma y el resto en el límite de la anterior.
Una de las primeras acciones será determinar qué proceso se requiere en cada pozo para reducir los niveles de arsénico en el agua; se podría optar por distintos métodos, desde la filtración directa a pie de pozo a través de arenas, ósmosis inversa, nanofiltración o electrocoagulación, unos más costosos que otros.
Actualmente, de los 96 pozos a cargo del organismo operador, trece cuentan con filtración directa a pie de pozo en los sectores norte (Senderos) y poniente, donde están identificados los mayores niveles de contenido de arsénico en el agua.
El costo operativo de este método oscila entre los 0.6 pesos hasta un peso por metro cúbico; otros, como el de ósmosis inversa, que ofrecería una máxima reducción, incluso por debajo de los 10 microgramos, alcanza los 2.5 o 3 pesos por metro cúbico.
"Para cumplir con la norma se recomendaría la filtración directa, si se busca bajar más los niveles sería la ósmosis inversa, que es mucho más cara y da una calidad bastante buena, pero habría la necesidad de ajustar las tarifas", indicó Rodríguez de la Torre.
Refirió además, que el líquido que se está recibiendo del programa Agua Saludable para La Laguna (ASL) se ha mantenido al 50 por ciento del máximo permisible de arsénico, con lo cual los esfuerzos que se están haciendo con los sistemas de filtrado directo en los pozos con mayores concentraciones quedarían obsoletos y tendrían que reducirse aún más.
Con el fin de determinar los métodos de tratamiento, el Simas Torreón tendrá que hacer un análisis específico en cada pozo, en función de la cantidad de agua que se extrae, el número de tanques y filtrado que se va a requerir.
Además, será necesario levantar mayor número de muestras sectorizadas en tomas domiciliarias específicamente para medir las concentraciones de arsénico, las que ya se realizan diariamente pero de forma genérica, como parte de los análisis físicos químicos y bacteriológicos que se remiten a la Secretaría de Salud.
Tendrá que cambiarse el sistema de operación
Reducir los niveles de arsénico no sólo representará la adopción de métodos de tratamiento en los pozos, sino también corregir el sistema de distribución del agua, donde hay una dilución o mezcla del agua que proviene de distintas fuentes de abastecimiento.
"Son años, décadas en que las tuberías han estado expuestas de esta forma", dijo el gerente técnico del Simas, quien resaltó que se tendría que cambiar todo el sistema operativo, desde tuberías, tomas domiciliarias, y todo esto implicaría un gasto extraordinario para el cual no se está preparado.
Seguramente esto va a tener un impacto en las tarifas al usuario, aunado a que toda la población tendría que pagar el agua que consume.