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El complejo retorno del Sur Global

ARTURO GONZÁLEZ

Cada vez es más común encontrar en medios, redes y discursos políticos referencias al Sur Global. En noticias y análisis recientes se habla de la importancia que ha tenido éste para que Rusia pueda mantener su economía a flote. El comercio de combustibles fósiles que antes hacía principalmente a Europa, Moscú lo está redireccionando a países africanos y, sobre todo, asiáticos no alineados con los intereses de EUA y la Unión Europea. También se habla del papel de liderazgo que China pretende ejercer en el Sur Global como la primera potencia económica no occidental del mundo. Proyectos como la Nueva Ruta de la Seda, pensada en principio para conectar el mercado europeo con la fábrica china, han avanzado con mayor rapidez en países de Asia, África e, incluso, América Latina. Para no quedarse atrás, las potencias occidentales del G7 y la UE han lanzado propuestas para estrechar lazos políticos y económicos con el Sur Global en aras de alinear a los países de este grupo con sus intereses en medio de un mundo en transición. Pero, ¿qué es el Sur Global?

El Sur Global es un concepto geopolítico usado de forma heterodoxa en contraste con el concepto de Norte Global. Son términos referenciales, pero no definidos de forma unánime. Para los países del Norte Global, el conjunto del Sur Global son los estados que gozan de un nivel de desarrollo y bienestar inferior al suyo. Desde una perspectiva, digamos, "sureña", el Sur Global se asume como un grupo de países plural, con grados de desarrollo diferente pero no alineado a los intereses de las grandes potencias. El núcleo consolidado de lo que hoy conocemos como Sur Global surgió el 15 de junio de 1964 con la "Declaración Conjunta de los Setenta y Siete Países" emitida en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). En el presente año el G77 celebra su 60 aniversario en medio de un renovado protagonismo por el impulso de China y los cortejos de Rusia.

El bloque suma hoy 134 países de América Latina, África y Asia, la gran mayoría excolonias de los antiguos imperios europeos. Aunque México fue uno de los 77 fundadores, abandonó el grupo en 1994 para integrarse a la OCDE. El objetivo central del G77 al momento de su nacimiento era crear un poder negociador de peso en el seno de la ONU frente a la política de las grandes potencias. El momento es de suma relevancia, pues la descolonización de África y Asia estaba en pleno apogeo y crecían los reclamos de los países recién independientes sobre pagos de compensaciones por los estragos del colonialismo.

Las nacionalizaciones de empresas extranjeras por parte de los nuevos gobiernos en el Sur Global se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza para las potencias capitalistas cuyas compañías mantenían intereses económicos en las antiguas colonias. La reforma al sistema mundial de la posguerra que pedía el G77 cobró forma con la propuesta del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) que fue adoptada por la Asamblea General de la ONU el 1 de mayo de 1974. La adopción del NOEI fue vista por los círculos del liberalismo económico en Europa y EUA como una auténtica rebelión de los países subdesarrollados. En esencia, el G77 pedía democratizar las decisiones globales, garantizar no sólo la autonomía política de los nuevos estados sino también la económica, permitir el desarrollo de industrias nacionales y transferir tecnología y recursos monetarios del Norte Global al Sur Global en compensación por el colonialismo. La reacción no se hizo esperar.

En su libro Globalistas, el historiador Quinn Slobodian cuenta con detalle cómo el grupo de neoliberales que venía trabajando desde la década de 1930 en la reconstrucción del liberalismo económico internacional previo a la Primera Guerra Mundial, se movilizó en los círculos académicos, políticos y económicos de Europa y EUA para frenar la "rebelión del Sur Global". En contraste con los reclamos del G77, los neoliberales propusieron la creación de un orden económico internacional basado en una división internacional del trabajo, el Estado de derecho, la garantía de la propiedad privada empresarial y la ausencia de proteccionismos nacionalistas. Para los neoliberales, encabezados por Friedrich Hayek, no había lugar para las reclamaciones del Sur Global ya que todos los países deberían partir de la misma base, como si no hubiera diferencias en el desarrollo de los mismos y como si el colonialismo no hubiera existido. Lo cierto es que los países industrializados dependían de las materias primas de los países no industrializados y necesitaban seguir explotándolas a través de sus empresas.

Como sabemos, el orden neoliberal se impuso al NOEI. Slobodian afirma que el "golpe mortal al movimiento NOEI" fue la crisis de la deuda de los países del Sur Global en los años 80, misma que fue desencadenada por las subidas de las tasas de interés aplicadas por Paul Volker al frente en la Reserva Federal para combatir la inflación en EUA. De pronto los estados vieron multiplicar su deuda en dólares y, para salir del atolladero financiero, no les quedó de otra que apegarse al llamado Consenso de Washington, el cual exigía, básicamente, la aplicación de las reformas neoliberales.

Revisar la historia del surgimiento del Sur Global como fuerza geopolítica es relevante para entender su resurgimiento en momentos en que el modelo neoliberal se encuentra en crisis o es cuestionado por gobiernos de diversas latitudes. Es importante precisar que el Sur Global no es una fuerza monolítica con una ideología clara ni intereses completamente compartidos. Entre sus integrantes hay monarquías absolutas, repúblicas dictatoriales, democracias liberales, regímenes militares y comunistas. Lo que parecen tener en común es la defensa de una independencia en materia de política exterior y el impulso de un orden alternativo al orden liberal liderado por EUA y sus socios europeos. Una muestra del peso que puede llegar a tener el ahora G77+China, pero también de la diversidad de posturas, es que si bien la mayoría ha condenado en la ONU la invasión de Rusia a Ucrania, esta posición no se ha traducido en sumarse a las sanciones occidentales contra Moscú.

La cumbre celebrada en septiembre de 2023 en La Habana recoge la idea del grupo de reformar la arquitectura financiera mundial para que los países del Sur Global tengan mayor representación en los organismos financieros internacionales. También se pronuncia a favor de aumentar la cooperación entre los países del sur en diversos ámbitos. Además, la cumbre significó el regreso de México al foro, no como integrante, sino como observador, con la posibilidad de colaborar en temas específicos. Sabemos que México hoy mira al norte con el TMEC, pero esto no borra el hecho del arraigo que México tiene en el sur. Si no queremos aumentar las fracturas, deberíamos asumir la dualidad de nuestra realidad.

urbeyorbe.com

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