El PRI vuelve al poder, sin haber aprendido mucho de la experiencia de haber estado fuera durante los doce años del PAN. Imponer un punto de vista, el neoliberalismo, sin querer escuchar la disidencia dio como resultado un gobierno que dejó muy mal sabor de boca.
Fue un gobierno muy vinculado a Televisa, que le consiguió una esposa para el sexenio. Fue muy criticada lo de la casa blanca a la que se puso a nombre de la esposa.
En su sexenio sucedió el secuestro de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, que hasta el día de hoy no ha sido esclarecido. Con otros estudiantes con quien tuvo problemas fue con los de la Ibero quienes hicieron una campaña de yo soy el 132.
La inseguridad siguió en todo su apogeo, aunque se apresó al Chapo Guzmán quien después escaparía de una prisión de máxima seguridad.
Tuvo problemas con los sindicatos de maestros a raíz de una reforma educativa que atentaba directamente en contra de sus derechos que, para algunos, no eran tan derechos, como heredar la plaza a familiares si vocación.
Quiso privatizar servicios como la electricidad y el petróleo. El país ha sido invadido por gasolineras de todas las marcas internacionales.
Sacó el ejercito a las calles para combatir a la inseguridad, pero sin muchos resultados. Se organizaron grupos de autodefensa.
Se dieron a conocer los sobornos de Odebrecht. Fue más que nada un gobierno inclinado plenamente a la ultraderecha, y acabó con mucha desaprobación.
Por fin López Obrador logra su sueño de llegar a la presidencia en 2018, y llegó muy ardido y con muchas ganas de desquitarse de todo el mundo.
Por principio de cuentas, polarizó a México en el nosotros y en los ellos. Los primeros, los santos, los que no eran corruptos los humanizados. Los ellos, los corruptos, los neoliberales cochinos, los deshumanizados. Bien siguió la vieja táctica política del divide y vencerás.
Segundo, compró conciencias a través de programas sociales que consisten en repartir a diestra y siniestra dinero, por cualquier pretexto. Estudiantes, personas de la tercera edad en forma de pensión, y demás programas que se le conocen. Para sacar dinero, comenzó a destruir todo lo construido por los anteriores sexenios, como el seguro popular, la escuela de tiempo completo, la escuela digna. Lo importante era que el dinero llegara directamente a las personas y no a través de instituciones. Así logró que se dijera: Antes no pensaban en nosotros y ahora sí.
Quitó la supervisión sobre el dinero invertido. Tiene una lucha frontal contra toda institución que se pueda oponer a él. Tiene el Congreso con mayoría relativa, su tirada es lograr la absoluta para manejar el cambio de leyes a su antojo. Tiene pleito casado con el Poder Judicial en donde ha podido meter a su gente que a la larga también le dará el control.
Con los cárteles ha seguido la política de besos y abrazos, en lugar de combatirlos se ha hecho de la vista gorda dejándolo crecer. La inseguridad ya no sólo está en las ciudades, sino también en las carreteras. Se cobra derecho de piso a los productores del campo.
Trata de hacer una guardia nacional dependiente del ejército, que en lugar de combatir el crimen ahora se dedica a construir y a administrar las obras del gobierno, y con ello lo tiene comprado.
Nos ha gobernado por medio de un programa de televisión donde más que nada se pelea con los periodistas de la oposición. La pregunta es, ¿A qué horas de se dedica a gobernar? Ha destruido todas las partidas de dinero destinadas a resolver problemas, como los ambientales, de tal manera que Acapulco sufre porque el fideicomiso creado para hacer frente, se lo apropió el señor presidente destinándolo a sus propias obras sociales.
Tilda a los gobiernos anteriores de corruptos, pero a él no hay ya quien le pida cuentas. Desea apropiarse de las elecciones destruyendo las instituciones que las realizan. 100 años de democracias se van a ir al traste con una dictadura personal (Como la de Calles, el que gobierna vive enfrente) o de partido (Peor que la del PRI).
Morena está compuesto por trans fugas de los demás partidos, y de partiditos, como el Verde, que son negocios familiares oportunistas, sin dignidad. Tan ecologistas que no han dicho nada de la construcción del tren Maya. Feliz Año y a ver cómo nos va.