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La agenda del agua en la coyuntura electoral. II Nivel local

A LA CIUDADANÍA

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

En la columna anterior señalamos los aspectos de agenda hídrica regional que los candidatos y candidatas a aspirar cargos de diputados, senadores y de la Presidencia de la República, debería asumir como parte de sus agendas electorales en el próximo proceso de junio, son los temas de competencia federal como la reforma a la Ley de Aguas y en la definición de una política hídrica que favorezcan la transición del modelo de gestión mercantil de agua a otro con una perspectiva de derechos.

Pero el proceso electoral en puerta también incluye renovación de Ayuntamientos en los municipios de Coahuila, por lo que los candidatos a ocupar esos cargos, sean relevos o reelecciones, deberán incluir los aspectos de la agenda hídrica local en sus agendas electorales.

Lo ideal es que los candidatos a ocupar cargos a alcaldes y cabildos de los Ayuntamientos municipales se replantearan la gestión del agua urbana, particularmente en los municipios que forman parte de la Zona Metropolitana de La Laguna (ZML), que han enfrentado un crecimiento urbano desordenado que conlleva una gestión del agua urbana compleja que ha tenido que satisfacer la demanda de los nuevos desarrollos habitacionales y comerciales acorde a los intereses de las empresas que los han promovido, en detrimento de la infraestructura hídrica de los de mayor antigüedad, cuya infraestructura hídrica al no rehabilitarse se deteriora y genera los problemas de pérdidas físicas en la red de agua potable y capacidades limitadas de captación de aguas residuales en las redes de drenaje, así como en el saneamiento de las mismas.

En el caso de Torreón, la autoridad municipal actual ha declarado que la red de agua potable tiene una longitud de 2,500 km, donde una parte importante de ella debe rehabilitarse por el deterioro mencionado a un costo estimado de tres mil millones de pesos. El problema es tal que implica un reto de la misma magnitud, más allá de apagar focos rojos aún es momento de plantearse una cirugía mayor en una longitud de tiempo que vaya más allá de los períodos de gobierno de una administración municipal, una planeación de largo plazo que comprometa a varias de ellas. Sin pretender copiar a la Zona Metropolitana de Monterrey, donde se crea una infraestructura hídrica urbana con niveles de eficiencia muy superiores al resto de los promedios de otros municipios importantes del país, valdría la pena revisar lo que ellos hicieron.

Algo similar ocurre con el drenaje y el saneamiento de aguas residuales. La red de drenaje de aguas servidas (las descargas de viviendas y empresas que utilizan agua de la red pública) presenta condiciones similares a la red de agua potable, un deterioro considerable en tramos y zonas críticas, que requerirán su rehabilitación en la misma escala que esta última, con un rediseño de tratamiento que ya no contemple las mega obras, que además de onerosas son menos funcionales, dificultan su reúso para el riego de espacios verdes urbanos o, cuando refieren a descargas industriales se puedan rehusar en procesos de este tipo.

Los candidatos ya no deben ofrecer a sus electores las mismas soluciones que han aplicado que, si bien resuelven parcial y temporalmente los problemas de desabasto de agua y realizan un reúso inadecuado (para el riego de cultivos en el caso de las aguas tratadas cuando hay déficit en las ciudades), solo posponen las soluciones de fondo, estructurales, que requiere una zona metropolitana como la de La Laguna, que parece tenderá a ser una de las megalópolis más importantes del norte del país.

De ahí que se requiera pensar en un modelo de Gestión Integral del Agua Urbana, sería la mejor oferta electoral que los candidatos presenten a los electores, una visión de largo plazo que garantice un uso más sostenible del agua para las actividades domésticas y económicas de las ciudades, medidas orientadas a garantizar una seguridad hídrica a los laguneros, y no medidas temporales y parciales.

Agua Saludable, en su carácter de programa de solución parcial y temporal de la crisis hídrica en la región, puede cumplir una función de mitigación temporal y engarzarse a esta visión de largo plazo de Gestión Integral del Agua Urbana, el concepto de manejo y uso del agua que comprende desde las fuentes de extracción del agua potable hasta el reúso de las aguas residuales doméstico-urbanas e industriales. Con esta oferta de gestión del agua urbana los candidatos mostrarían que poseen una visión de largo plazo, sin importar que su gestión realice una parte del plan general, su huella quedaría marcada de mejor forma que las soluciones parciales y temporales que han realizado hasta ahora. Claro esto será posible si a la par también se aplican medidas para recuperar nuestros acuíferos, la fuente de agua que no brinde esa seguridad hídrica futura.

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