Las guerras prolongadas en Ucrania y Palestina ensombrecen el porvenir. Hay conflictos y dificultades por doquier; sin embargo, se renuevan las esperanzas al comenzar un nuevo año. Se observa un auge, sin precedente, de los flujos migratorios en todo el mundo. Centenas de miles de hombres, mujeres y niños continúan desplazándose en todas las latitudes, buscando encontrar oportunidades de vida en otro lugar, aun si ello implica enfrentar arriesgar. Acuerdos, pactos y programas innovadores diseñados otrora para ofrecer protección internacional a quienes debieron huir u optaron por hacerlo, han perdido terreno. Gobiernos de diferentes orientaciones ideológicas han preferido minimizar las crisis humanitarias, inclinándose por invocar razones de seguridad y esgrimir argumentos en defensa de sus decisiones soberanas para adoptar medidas de fuerza y control, destinadas a rechazar, contener o restringir el ingreso y permanencia de miles de migrantes a sus territorios. Según informes recientes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, los desplazamientos forzados aumentan en el mundo y seguirán incrementándose las solicitudes de refugio en los principales países de destino.
Muchos estados están rebasados por las oleadas de migrantes que buscan escapar de la miseria, los conflictos armados y políticos, la falta de empleos y oportunidades económicas, los impactos de la emergencia climática y la descomposición social. Con la proliferación de noticias y la divulgación de cifras apabullantes, la polarización política y la indiferencia ganan terreno frente a la comprensión compasiva y las acciones solidarias que reconocen los derechos de los migrantes. En numerosas naciones las políticas migratorias y los sistemas de asilo están quebrados, a merced de los cálculos electorales y efectos mediáticos de políticos populistas que medran con los temores y prejuicios sembrados en la opinión pública. En Europa, en América del Norte, en África se negocian nuevos acuerdos tendientes a endurecer los requisitos de entrada, establecer mecanismos de protección de los países receptores, quienes exigen ayuda financiera para frenar las entradas irregulares, realizar rescates selectivos en alta mar o en zonas desérticas, para incrementar las capturas y deportaciones.
El mundo enfrenta un panorama complejo, acuciante para miles de personas mexicanas, centroamericanas, africanas, venezolanas, sudamericanas, ucranianas, árabes y asiáticas. Tan sólo en diciembre pasado, 225 mil inmigrantes extranjeros fueron detenidos por autoridades estadounidenses en su frontera sur. 10 mil cruces diarios en promedio. Nuevas oleadas de migrantes están impactando también los cruces terrestres y ferroviarios, abrumando a los estados fronterizos, tanto mexicanos como estadounidenses, al ejercer fuertes presiones sobre los recursos limitados y sus capacidades para albergarlos y brindarles servicios básicos. Las autoridades federales estadunidenses y mexicanas siguen teniendo conversaciones urgentes cada vez que hay un estallido en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo. Declaran que cooperarán para interrumpir el tráfico y la trata de personas, combatir las redes criminales, y promover vías legales, debidamente reguladas, de movilidad humana, sin perjudicar el comercio bilateral.
El gobierno de Texas no sólo puso boyas en el rio Bravo, sino trasladó a más 92 mil inmigrantes indocumentados a Los Ángeles, Denver, Chicago, Filadelfia, Nueva York y Washington D.C., ciudades gobernadas por alcaldes demócratas. El gobernador republicano acaba de promover una legislación estatal para permitir que policías y jueces detengan y deporten a inmigrantes presuntamente sin documentos, independientemente si son elegibles para solicitar asilo. Miles de migrantes, desde campamentos localizados en la frontera norte, arriesgan la vida al cruzar el rio Bravo, traspasan las alambradas, saltan muros, cruzan de manera irregular en regiones inhóspitas, siendo muy vulnerables, para entregarse a la Patrulla Fronteriza estadounidense. Una nueva caravana migrante marcha desde la frontera sur de México rumbo a la frontera norte con EUA. El gobierno de México sostiene que continuará esforzándose en disuadirlos y contenerlos. El Instituto Nacional de Migración y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados no tienen la voluntad ni la capacidad para resolver las solicitudes para regularizar el tránsito y la permanencia de decenas de miles de migrantes, tampoco los recursos para realizar repatriaciones aéreas. Difícilmente podrán acceder a empleos, a recibir servicios de salud y educación. Se dispersarán para sobrevivir en Chiapas, Ciudad de México, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, suscitando rechazos xenófobos. A pesar de las afirmaciones que se atienden las causas de la migración, en 2023, más 550 mil centroamericanos, procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron detenidos en México y Estados Unidos, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Habiendo una enorme brecha en los niveles de vida entre los países del Norte y del Sur Global, ¿podrán diseñarse nuevas políticas migratorias en las economías avanzadas para contribuir, en alguna medida, a aliviar la escasez coyuntural de mano de obra en sus mercados laborales, reducir la explotación de traficantes de personas migrantes y prevenir recurrentes tragedias humanitarias? ¿Seguirán predominando los argumentos proteccionistas, nacionalistas y racistas? Empresarios de Nueva York solicitaron a las autoridades federales y a las cámaras legislativas acelerar la regularización de los migrantes para conjugar las necesidades de sus empresas y cubrir las vacantes y las de los inmigrantes para obtener permisos de trabajo.
Eurodiputados y representantes de los 27 Estados miembros acordaron una reforma amplia del sistema migratorio europeo. Habrá un mecanismo de solidaridad obligatoria en beneficio de España, Grecia e Italia, países con la mayor presión migratoria. También controles más estrictos para acceder al territorio comunitario. Se expulsará rápidamente a quienes no tengan derecho al asilo. Pero las elecciones harán que persista el endurecimiento de las políticas migratorias y las medidas para militarizar las fronteras.
@JAlvarezFuentes