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Las palabras tienen la palabra

Amigos de verdad

JUAN RECAREDO.-

Cada año los comerciantes hacen su agosto en pleno febrero, cuando llega el segundo mes del año que ahora llaman el mes del amor y la amistad, porque el catorce es el día supuestamente dedicado a estos dos nobles sentimientos.

Yo quisiera referirme por el momento a la amistad. La palabra amistad viene del latín amicitas, de amicus que significa amigo, la cual a su vez deriva de amare que quiere decir amar. O sea que tener una amistad también es una forma de amar.

El razonamiento que yo hago -y conste que usted no tiene obligación de pensar igual- es que mis amigos, mis verdaderos amigos, saben que son mis amigos y no necesito decírselos ni ellos me lo tienen que decir a mí. ¿Por qué? Pues porque la amistad es una actitud, no es una palabra.

Tal vez usted me juzgue demasiado suspicaz si le digo que cuando alguien insiste en decirme y en afirmar públicamente que es mi amigo, empiezo a desconfiar de él y es que la vida me ha dado la oportunidad de comprobar que esos que se dicen muy amigos, cuando los he necesitado se han hecho los desentendidos, como que "la virgen les habla" y olímpicamente en todos los casos me han dado la espalda.

El razonamiento es muy simple. El amigo de verdad es el que actúa como amigo, no el que dice que es mi amigo. La amistad se da de manera natural.

Mientras tanto, los comerciantes alcanzan magníficas ganancias vendiendo muñequitos, tarjetitas, globos, chocolatitos o dulcecitos con leyendas que le dicen al amigo que lo quieren, que no podrían vivir sin su amistad y otras frases que en lo personal me parecen gastadas y cursis, pero bueno, cada quien tiene su forma de expresarse. En cualquier caso, debe quedarnos bien claro que la amistad no es una paletita en forma de corazón, ni una tarjetita, ni siquiera un abrazo o una frase: "tú eres mi amigo, o más que mi amigo, eres mi hermano". Esas son frases de borrachera y si usted se las cree, pues tendrá que hacerlo bajo su propio riesgo, y luego no se asuste si ese "amigo casi hermano" le quiera "bajar" a la novia o le estafe alguna cantidad de dinero.

Los sabios y los poetas de todos los tiempos han exaltado siempre la amistad. Además del amor y del cariño, se necesita la amistad. Para los filósofos griegos es un regalo de los dioses. Aristóteles menciona tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero solo la que surge del bien merece llamarse amistad.

La amistad se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros. Un amigo es el que está en todo momento, el que te levanta cuando estás decaído. El que te escucha, aconseja, cuida y te valora. Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba.

Cicerón decía: "Sólo en el peligro se conoce al verdadero amigo". ¿Usted qué opina, mi amigo lector?

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

donjuanrecaredo@gmail.com Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Miralda Galván: Si pasa un camión y llena a una persona de tierra, ¿Cómo debe decirse: estoy aterrado o estoy enterrado?

LE RESPONDO: En ese caso lo correcto es decir "aterrado", porque enterrado es estar bajo tierra.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: El clavo sostiene a la herradura, la herradura al caballo, el caballo al humano y el humano sostiene al universo. Eso dicen.

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