¿Vivaldi?¿Mozart?¿Beethoven?¿Schubert?¿Chopin?¿Liszt?¿Brahms?¿Debussy?¿Ravel?¿Mahler?¿Stravinski?No.
La música que más me gusta es la de la lluvia.
Creo que es la única y verdadera música celestial.
La madrugada de ayer me despertó con su ballet de puntas sobre el techo.
Y fue como si ese misterio al que llamamos Dios me dijera: “¡Hey, despierta! ¡Estoy lloviendo! ¡Me estoy volviendo lluvia!